• 19 abril, 2024

Fiscales llamarán 76 testigos a declarar contra dominicanos acusados de asesinato en Massachusetts

Miguel Cruz Tejada

NUEVA YORK,- Los fiscales llamarán a 76 testigos que declararían contra varios dominicanos acusados por el asesinato de un hombre en Lawrence, el 17 de agosto de 2014.

Los principales acusados son Juan Castillo (Wiz), Jeremías Torres y Joshua Chávez.

El homicidio de Mark Trusell, fue cometido en medio de una trifulca en la que afloraron múltiples balazos, después de una fiesta en el proyecto de viviendas públicas “Stadium” un club nocturno de la calle Springfield.

De los 76 declarantes Kenny Vásquez, Mark Pimentel (DJ Biggz), Anthony Rubirosa y José Delbrey (DJ), todos residentes en Lawrence, fueron los primeros en testificar sobre lo que ocurrido durante la fiesta.

Ellos coincidieron en que Trusell fue asesinado de un balazo y luego el grupo se dispersó del área, en medio de los disparos que sonaban.

Pimentel, Rubirosa y Delbrey, dijeron al jurado en el juicio que se lleva a cabo esta semana en la Corte Superior de Lawrence, que dos o tres hombres con sudaderas negras entraron en el patio donde un numeroso grupo de personas bebía y fumaba marihuana, dispararon varios tiros y huyeron. Pimentel relató que los hombres corrieron a un carro donde un conductor los estaba esperando y se fueron.

Delbrey dijo que antes de que comenzaran los disparos, tres hombres se acercaron a un espectador donde estaba sentado con otros tres que eran Rubirosa, Juan Castillo (Wiz) y otro testigo, y uno de ellos preguntó «¿Dónde es la fiesta?»

Castillo señaló hacia la fiesta, añadió Delbrey.

Castillo, de 21 años, y Joshua Chávez, de 25 años, están siendo juzgados por el asesinato en primer grado de Mark Trussell, padre de cuatro hijos y que tenía 35 años de edad.

El Estado alega que Castillo actuó como un explorador. Chávez y un tercer sospechoso, que es Torres, supuestamente eran los dos hombres encapuchados que dispararon contra la multitud.

Torres se enfrentará irá a otro juicio en una fecha posterior.

Chávez y Torres apuntaban a otro hombre que disparó a uno de los hermanos de Torres una semana antes, según la fiscalía. 

El fiscal auxiliar John Dawley, dijo que Castillo, Chávez y Torres, estaban apuntando a un miembro de otro grupo que había disparado a un hermano de Torres cuando accidentalmente balearon a Trussell en la parte posterior de la cabeza.

Pimentel testificó que estaba en el patio cuando vio a dos hombres vestidos de negro con capuchas y caminando hacia la parte trasera. Uno, a quien identificó como Torres, sacó una pistola de su bolsillo y disparó, declaró Pimentel.

Delbrey dijo que estaba en una acera enrollando un cigarrillo de marihuana, cuando los tres hombres con capuchas que no reconoció, se acercaron y le preguntaron a Castillo dónde era la fiesta. La fiscalía alega que Castillo señaló hacia el patio, donde estaba el objetivo del trío de presuntos matones.

Vásquez testificó que invitó a Trussell, un amigo de la infancia, a la fiesta. La víctima no conocía a nadie más allí, dijo.

Cuando se hicieron los disparos, Vásquez se escondió detrás de un carro, luego buscó a Trussell. Lo encontró tirado boca abajo en el suelo, con una herida de bala en la parte posterior de su cabeza.

«Yo estaba sorprendido, no sabía qué hacer, no sabía qué pensar», dijo Vásquez. Llamó a la policía, pero no cooperó con los oficiales cuando llegaron.

Rubirosa tomó un video de Trussell con su teléfono celular mientras yacía moribundo.

Los cuatro hombres fueron a otra fiesta en la calle Howard después del tiroteo, donde Rubirosa mostró a otros espectadores el video. 

Castillo también es acusado de intimidar a un testigo. Según copias de los mensajes de Facebook entre Castillo y Pimentel, Castillo le dijo que «todo lo que tienes que hacer es decir que no era yo y que no estaba allí cuando le dispararon». «Va a seguir siendo un asesinato sin resolver», escribió Pimentel en facebook después del primer mensaje a Castillo.

El Ministerio Público alega que Chávez, era uno de los pistoleros encapuchados pero el acusado no fue identificado por ninguno de los testigos declarantes.

Varios policías de Lawrence y policías estatales también testificaron el jueves sobre la dificultad de obtener pruebas físicas, como las huellas dactilares. No se obtuvieron copias completas de la evidencia recogida en la escena, que incluía botellas de alcohol, envolturas gastadas y una gorra de béisbol con un agujero.

«Una huella digital es extremadamente frágil», dijo el oficial James Crump. La familia de la víctima y la madre de Castillo, estaban en el tribunal.

El fiscal Dawley reiteró que la fiscalía sentará a 76 testigos en el estrado durante el juicio.

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