
Precisamente, representantes de centrales obreras comunicaron al Ejecutivo la realización de una huelga, argumentando que tomaron esa decisión porque “el Gobierno no quiere dialogar» sobre los reclamos de los trabajadores.
El llamado a paro es respaldado por el Partido Liberal, la principal tolda de oposición, mientras que el gobernante Partido Colorado la calificó como una «huelga política».
De acuerdo con un comunicado sindical, las demandas laborales incluyen la instalación de «un modelo económico, productivo y agrológico que esté al servicio de las grandes mayorías» y no del empresariado.
Adicionalmente, las centrales obreras y otras organizaciones que les apoyan también reiteraron su reclamo de un reajuste salarial del 25 por ciento, muy por encima del 10 por ciento de aumento que concedió el Gobierno desde este mes.
Otras exigencias de los trabajadores van dirigidas a la derogación de una ley de alianza público-privada para encarar obras, el fin de la criminalización de la lucha social y la libertad de los presos políticos, en alusión a campesinos detenidos en la llamad Masacre de Curuguaty.
