
El ataque a la agencia, que es el principal guardián de los más importantes archivos de personal del gobierno, ha sido atribuido a China por parte de las agencias de inteligencia de EE.UU., aunque no está claro exactamente qué grupo u organización es responsable del mismo. Anteriormente, la agencia había reportado que «sólo» perdió 1,1 millones de huellas dactilares.
