• 24 noviembre, 2024

Hay más pacientes de ACV que reciben un trombolítico con rapidez

patient_18045Cada vez más hospitales comunitarios están administrando un potente trombolítico a las víctimas de accidentes cerebrovasculares (ACV), lo que mejora las probabilidades de que se recuperen, muestra una investigación reciente.

Esos hospitales locales se están sintiendo más cómodos con la utilización del activador tisular del plasminógeno (ATP), un trombolítico, debido a un nuevo formato de tratamiento conocido como «gotear y derivar» (en inglés «drip and ship»), afirmó el autor del estudio, el Dr. Kevin Sheth, jefe de la división de atención neurocrítica y neurología de emergencia de la Facultad de Medicina de la Universidad de Yale en New Haven, Connecticut.

«Gotear y derivar» significa que los hospitales de primera línea administran el ATP rápidamente a las personas que están sufriendo un ACV debido a un coágulo sanguíneo en el cerebro, y entonces las llevan de inmediato a un centro médico más avanzado con mejores instalaciones para el tratamiento del accidente cerebrovascular, explicó Sheth.

El estudio de Sheth reveló que uno de cada cuatro pacientes de ACV recibió el ATP bajo el método de «gotear y derivar», lo que indica que hay más hospitales locales que están administrando ahora el trombolítico.

«La meta real es que el ATP se administre a todo paciente elegible», planteó Sheth. «Está claro que el ‘gotear y derivar’ se ha convertido en una práctica común y que facilita el uso del ATP».

Los hallazgos se presentarán el miércoles en la reunión anual de la Asociación Americana de Accidentes Cerebrovasculares (American Stroke Association), en Nashville, y se publicarán de forma simultánea en la revista Stroke.

Las directrices del tratamiento indican que los pacientes de ACV deben recibir el ATP lo antes posible, si su ACV es provocado por un coágulo sanguíneo (un accidente cerebrovascular «isquémico»).

Es el único trombolítico aprobado por la FDA para el tratamiento, y es tan valioso que la Asociación Americana de Accidentes Cerebrovasculares se refiere a éste como el «estándar de excelencia». Lo ideal es que los pacientes reciban el fármaco en un plazo de tres horas tras el inicio del ACV, dijeron los investigadores.

«El tiempo perdido es cerebro perdido en un ACV agudo», advirtió el Dr. Jeffrey Saver, director del Centro Integral del Accidente Cerebrovascular de la UCLA, y vocero de la Asociación Americana del Corazón (American Heart Association) y de la Asociación Americana de Accidentes Cerebrovasculares. Saver anotó que dos millones de neuronas mueren cada minuto en que la sangre no fluye al cerebro.

Pero los hospitales locales se han mostrado vacilantes al administrar el ATP porque el fármaco puede provocar efectos secundarios graves, como hemorragia cerebral, señalaron Saver y Sheth. Los pacientes que reciben el ATP necesitan una monitorización constante de parte de expertos en ACV con un equipo avanzado de imágenes cerebrales.

Los expertos crearon el método «gotear y derivar» como forma de aumentar el uso del ATP en los hospitales sin esas instalaciones para el ACV. Al administrar el fármaco y entonces derivar a la víctima de ACV, los médicos locales mejoran las probabilidades de supervivencia y recuperación del paciente.

«Básicamente, significa que el paciente acude al hospital más cercano, el médico del departamento de emergencias administra el ATP, y entonces luego o incluso mientras se administra los paramédicos le transfieren a otro hospital», explicó Sheth.

Pero hasta ahora no había habido un análisis nacional para ver si los hospitales comunitarios han aceptado el «gotear y derivar» como plan de tratamiento para las víctimas de ACV, apuntó Sheth.

Sheth y su equipo analizaron los datos de casi 45,000 pacientes de ACV isquémico que recibieron el ATP en un plazo de menos de tres horas en más de 1,400 hospitales entre 2003 y 2010. Los investigadores compararon a los pacientes tratados con «gotear y derivar» con los que recibieron el ATP en el hospital en que fueron admitidos.

Los investigadores hallaron que el 23.5 por ciento de los pacientes que recibieron el ATP rápidamente fueron tratados usando el «gotear y derivar».

«Significa que es un método muy común, y eso es bueno», dijo Saver. «Significa que preparar a los hospitales de primera línea para que estén listos para administrar el ATP está funcionando. Da a los pacientes un acceso más rápido a este fármaco comprobado».

Los pacientes tratados mediante el «gotear y derivar» tendían a ser más jóvenes, y eran con más frecuencia hombres y blancos, anotaron los autores del estudio.

Los investigadores también encontraron que los hospitales que recibían al final a los pacientes de «gotear y derivar» tendían a tener más camas, a ser centros médicos académicos, a haber logrado con una mayor frecuencia una certificación como centros designados para el accidente cerebrovascular, y a mantener un volumen más alto de casos de ACV al año.

«Creo que veremos incluso más ‘gotear y derivar’ en los años venideros», concluyó Saver. «Este estudio muestra que es seguro».

Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare

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