NUEVA YORK,-Una mujer hispana y residente en Brooklyn e identificada como Leah Cuevas de 42 años de edad, asesinó y descuartizó a la guyanesa Chinelle Latoya Thompson Brown, después de una discusión en la que la matadora le exigió a la víctima pagar $200 dólares por consumo de electricidad en una habitación que rentaba en una casa en Brooklyn.
Fue tan incontrolable la rabia y el odio que se apoderaron de Cuevas, que luego de matar y desmembrar el cuerpo de la inmigrante caribeña que había llegado hacía 1 año a Estados Unidos, tiró los pedazos del cadáver a distancia de hasta 20 millas, entre la cabeza y el torso.
Desde Brooklyn, sostienen la policía y los fiscales, Cuevas se movió a vecindarios de Long Island, donde esparció restos del cuerpo de su víctima.
Un brazo, que había tirado en el jardín frente a una residencia en Hempstead (Long Island), fue encontrado por el hispano Noel Rivera, quien dio parte a las autoridades.
La cabeza de la muerta, fue descubierta en un área boscosa de la calle Boylston, cerca de la calle Chamberlian en Hempstead, el 17 de julio.
El horrendo crimen lo cometió Cuevas el 5 de julio, pero no fue sino hasta ayer jueves que concluyó la investigación y el hallazgo de los restos.
Los investigadores que gracias a un tatuaje que la víctima tenía en las piernas y el torso, se le pudo identificar y ambos restos, fueron encontrados en un estacionamiento municipal en Bay Shore, a menos de una milla de la residencia de Cuevas en Brooklyn.
Después que el primer brazo fuera encontrado, el segundo fue hallado una semana después. Cuevas, fue ubicada y capturada por oficiales de la Fuerza de Tarea de Nueva York y New Jersey para Capturar Fugitivos y agentes federales del Servicio de Alguaciles de Estados Unidos (US Marshalls).
El esposo de la víctima, Dale Brown, explicó que su esposa vino a Estados Unidos en busca de trabajo y planeaba trasladarse a Nueva York, después que consiguiera la residencia permanente.
La acusada, fue dejada presa sin derecho a fianza a pesar de declararse «no culpable» en la Corte Criminal de Central Islip (Long Island) donde fue acusada ayer jueves en la mañana.
Vecinos de Cuevas, la describieron como una mujer violenta y conflictiva, que se jactaba de que era dueña de la casa, después que su tío, el propietario original murió.
Algunos dijeron que las discusiones entre la homicida y la víctima, eran frecuentes por el pago de la renta y el servicio de electricidad.
«Este es uno de los peores crímenes que he visto en mi carrera como jueza. Usted, señora Cuevas, asumió la peor conducta de que un ser humano pueda ser capaz», sostuvo la magistrada G. Ann Spelman a cargo del caso, enviándola a la cárcel sin concederle fianza.
Los fiscales dijeron que Cuevas, apuñaló a la víctima en el cuello y el torso en repetidas ocasiones, durante la acalorada discusión, dentro del apartamento situado en la casa de la calle Sumpter, en el vecindario Brownsville, el 5 de julio.