• 19 abril, 2024

Imitando un periodo negro de la historia

ARTURO MARTÍNEZ MOYA

Si el gobierno dominicano se lleva de la recomendación del Premio Nobel de Economía Paul Krugman a los países desarrollados, de que deben seguir gastando para evitar la primera depresión económica del siglo XXI, muy pronto llegaremos a un nivel de endeudamiento que superará la producción nacional. Sin importar el nivel de la presión tributaria, los ingresos serán insuficientes para pagar la deuda, no habrá solvencia para cumplir con el principal y los intereses, por incapacidad de fuera vendrán a administrarnos de manera directa, porque ahora se hace indirectamente.

Los dominicanos ya pasamos por la experiencia. En 1873 la deuda pública era de US$2,400,000 y en 1899 de US$34,083,706, aunque por renegociaciones se redujo a US$17,000,000 en 1905. Mientras la deuda se multiplicaba 14 veces, el PIB lo hacía 2,3 veces de 1883 a 1889, la deuda subió en ascensor y la economía por escalera. No era que los ingresos fiscales resultaban pocos respecto al tamaño de la economía, como irresponsablemente se lamentaban los gobernantes de la época cuando no pudieron pagar; el problema era la deuda que crecía sin control. Por ejemplo, de 1905 a 1910 los ingresos aduanales aumentan 68%, de $2,800,000 a $4,705,000 millones de pesos, elevando la presión tributaria de 48,5% a 77,7%, es decir, las recaudaciones aumentaron a pesar de la corrupción generalizada, una demostración de que la economía había crecido. Pero los ingresos no alcanzaban para la deuda, el gasto de administración y la inversión social.

Como no supimos administrar la economía y nos declaramos insolventes, los Estados Unidos se quedan con el control de las finanzas públicas y con el país en 1905, el resto de la historia la conocemos. Era evidente la insostenibilidad fiscal, la deuda con relación al PIB en 1905 representaba 300%, quedando claro que las finanzas públicas no podían con el compromiso.

Para evitar los errores lo sensato sería mirar el pasado y vernos en el espejo, si lo hacemos nos damos cuenta de que andamos por el camino equivocado. La deuda pública se ha duplicado desde 2004 y lo mismo ha sucedido con los ingresos, pero el gobierno continúa con la política irresponsable de tomar prestado para gastos corrientes, siendo Petrocaribe el mejor ejemplo. Piensa que puede seguir endeudándose porque tiene libertad para aumentar sus recaudaciones vía nuevas cargas, como sucederá cuando se eliminen  las exenciones del Itbis para productos y servicios de consumo y para la industria.

La administración actúa como lo hicieron los gobernantes que tuvimos de 1873 a 1899, que multiplicaron la deuda catorce veces y se quejaban de la falta de ingresos, demostrando incapacidad para administrar la economía con los recursos disponibles. No tardará tiempo para que el FMI, que alegremente ha estado apoyando el descontrol de las finanzas públicas dominicanas, pretendiendo un crecimiento sin fundamento, basado en un consumo insostenible, que no crea empleos productivos, sin contemplación comience a exigir el pago de la deuda, imponiendo condiciones y restricciones muy duras para la economía de los dominicanos.  Lo veremos.

Comentarios