ROMA – Irán y Estados Unidos iniciarán este viernes en Roma una nueva ronda de negociaciones nucleares, en un contexto de creciente desconfianza por parte de Teherán y con Washington endureciendo su postura respecto al programa nuclear iraní.
Según revelaron dos fuentes iraníes a CNN, es poco probable que las conversaciones culminen en un acuerdo, debido a la insistencia de EE.UU. en que Irán desmantele su programa de enriquecimiento de uranio. Para funcionarios iraníes, esta condición representa una línea roja y podría provocar el colapso definitivo de las negociaciones.
El ministro de Exteriores iraní, Abbas Araghchi, reafirmó antes de partir a Roma que su país no aceptará limitar el enriquecimiento de uranio, aunque está dispuesto a permitir una mayor supervisión internacional. Irán sostiene que su programa nuclear es pacífico y no tiene fines militares.
Teherán solo busca evaluar la postura de EE.UU.
Las fuentes indicaron que la delegación iraní no espera avances sustanciales en Roma y que su principal objetivo es analizar si EE.UU. ha moderado su posición. «No buscamos un acuerdo inmediato, sino entender si hay un cambio real en Washington», señalaron.
Además, Araghchi dejó clara la postura de Irán en redes sociales:
“Cero armas nucleares = acuerdo posible. Cero enriquecimiento = no hay acuerdo”.
Irán acusa a EE.UU. de presionar sin buscar una solución
Funcionarios iraníes consideran que la administración de Donald Trump ha endurecido deliberadamente las condiciones para hacer que las negociaciones fracasen. Teherán también desconfía de la supuesta independencia de EE.UU. respecto a las posiciones de Israel, que se opone a cualquier nivel de enriquecimiento de uranio por parte de Irán.
“EE.UU. sabe que prohibir completamente el enriquecimiento es inaceptable para Irán, por lo tanto, insiste en esa demanda solo para aumentar la presión”, dijeron las fuentes.
Nuevas sanciones estadounidenses complican el diálogo
En vísperas del encuentro, EE.UU. impuso nuevas sanciones dirigidas al sector de la construcción iraní y a 10 materiales estratégicos presuntamente vinculados al programa nuclear y de misiles balísticos iraníes. El Departamento de Estado justificó la medida por los vínculos del sector con el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (CGRI).
El portavoz del Ministerio de Exteriores iraní calificó las sanciones como “ilegales e inhumanas” y cuestionó la seriedad de Washington en su enfoque diplomático.
“Estas medidas solo refuerzan la percepción de que EE.UU. no quiere un acuerdo real, sino mantener la presión económica y política sobre Irán”, declaró.
Futuro incierto de las conversaciones
A pesar de las tensiones, ninguna de las partes parece dispuesta a abandonar completamente el proceso de diálogo. Sin embargo, desde Teherán advierten que, si no hay señales claras de flexibilidad por parte de Washington, la postura iraní se endurecerá.