Kathleen Martínez, la arqueóloga dominicana que busca la tumba perdida de Cleopatra
La abogada y arqueóloga dominicana Kathleen Martínez está convencida de que logrará descubrir la tumba perdida de Cleopatra, un misterio que ha permanecido sin resolver durante más de 2.000 años.
En una entrevista con la creadora de contenidos Harini Bhat, Martínez, nacida en 1966 en Santo Domingo, habló sobre sus 20 años de exploración y excavación en el lugar donde cree que descansa la última reina de la dinastía ptolemaica en el Antiguo Egipto.
De la abogacía a la egiptología
Su salto del derecho penal a la arqueología se debió a su interés por la egiptología y, especialmente, por la vida de Cleopatra. Gracias a su carrera profesional, fue asignada como diplomática de República Dominicana en Egipto, lo que le permitió estudiar de cerca lo que hasta entonces solo conocía a través de libros.
“Creo que hice un gran descubrimiento: pude ubicar el lugar donde creo que está la tumba de Cleopatra, en un templo abandonado al oeste de Alejandría”, señaló Martínez.
Un logro latinoamericano
La arqueóloga de 57 años ha financiado sus trabajos con sus propios ahorros y busca que el mérito sea latinoamericano, dejando un legado para la región. “A veces siento que no me rindo para ser quien le abra la puerta a los que vienen detrás. No me voy a cansar hasta colocarnos en el mapa de la arqueología mundial”, declaró al diario español El País.
Martínez ha rechazado ofertas de Harvard y Oxford, argumentando que no quería que el hallazgo fuese considerado un logro extranjero, sino una conquista latinoamericana.
El templo Taposiris Magna, la clave
Martínez sostiene que la tumba de Cleopatra se encuentra en el templo Taposiris Magna, a 45 km al oeste de Alejandría. A diferencia de otros investigadores que apuntan a palacios reales, ella considera que la reina no habría descansado en Alejandría, debido al odio de los romanos hacia ella.
Su hipótesis se basa en el análisis de escritos antiguos y la singularidad del templo: “Es el único en Egipto donde no había información sobre quién lo construyó ni a qué dioses se dedicó”.
Descubrimientos en excavaciones
Durante sus trabajos, Martínez halló que el templo estaba conectado con el mar mediante un túnel de 25 metros de profundidad que pasa bajo una autopista moderna hasta el Mediterráneo. Para esta fase, contó con la ayuda del oceanógrafo Bob Ballard, conocido por localizar el Titanic, quien se integró al proyecto para mapear el entorno submarino.
Hasta ahora, los hallazgos incluyen vasijas de cerámica, monedas con el rostro de Cleopatra y una figurilla femenina que podría representar a la faraona. Además, descubrió una placa de cimentación con el nombre de la diosa Isis, vinculando directamente el lugar con Cleopatra, quien se identificaba como ‘La nueva Isis’ durante su reinado.
Perseverancia y pasión
Martínez recuerda que, al principio, nadie apoyaba su teoría, ni siquiera su familia. Sin embargo, con esfuerzo y dedicación, logró documentar el sitio y realizar hallazgos significativos. “Cuando lo vimos, no puedo explicarlo. Fue uno de los momentos más grandes de mi vida. Solo el nacimiento de mis hijos ha sido más importante que eso”, confesó.
Su trabajo continúa, con la firme convicción de resolver uno de los misterios más grandes de la historia antigua y dejar un legado latinoamericano en el campo de la arqueología.

