• 19 enero, 2025

La economía, a pesar de los cantos de sirena

la-economia-a-pesar-de-los-cantos-de-sirena.jpgA pesar de los cantos de sirena de ciertos economistas locales, el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) para final de año alcanzó cifras que solo se registraban en el primer período de gobierno del presidente Leonel Fernández cuando el promedio de crecimiento se colocó en 7.3 por ciento en los cuatro años 1996-2000.

Se debe considerar como una proeza las cifras anunciadas por el gobernador del Banco Central la semana que acaba de transcurrir sobre el crecimiento del PIB de la economía dominicana, si tomamos en cuenta que lo alcanzado por República Dominicana, de 7.8 por ciento, se ubica entre las primeras de América Latina, en un contexto de crisis mundial, donde nuestro principal socio, Estados Unidos, experimentó apenas un incremento de 1.4 por ciento a final de este año. Ese comportamiento de la economía americana supone el mayor indicativo de mejoría experimentado, atribuído a la inversión privada en inventarios, las exportaciones y el consumo nacional, considerando, pues, el final de la recesión.

Alcanzar un 7.8 por ciento de crecimiento del PIB son resultados que sobrepasan las expectativas de los organismos financieros internacionales y superan el promedio de crecimiento de la economía de América Latina, que se esperaba de 6 por ciento del PIB para este año. La mayor significación de tales indicadores tiene que ver con el impacto registrado en la creación de nuevos empleos, 160 mil 208 en total, elevando a 589 mil desde el 2004 a la fecha.

La creación de nuevos empleos, combinado con un estricto control de la inflación, de 6.2 por ciento tiene un impacto significativo en las economías de los sectores más vulnerables. El hecho de que las familias y los sectores productivos tuvieran acceso al crédito a bajas tasas de interés, lo que aumentó el crédito privado en un 19 por ciento, logra afectar positivamente las economías de un segmento importante de la población.

Esas cifras se pueden contrastar con la reducción del índice de pobreza, que disminuyó en un 10.2 por ciento en los últimos seis años. Cuando la actual administración asumió la dirección del gobierno, el índice de pobreza se encontraba en octubre de 2004 en 43.4 por ciento, cifra que cayó a 33.2 por ciento en abril de este año.

Otro factor a señalar como una conquista del actual gobierno tiene que ver con la estabilidad relativa de la tasa de cambio, con una depreciación de apenas tres por ciento, lo que genera un clima de confianza y certidumbre en el comercio y el sector empresarial criollo y los inversores extranjeros, contrario a lo que ocurrió en el pasado.

Hay que enfatizar que haber alcanzado esos números en un contexto de crisis mundial, donde la economía de Estados Unidos apenas se recupera y la zona Euro se observa con signos de preocupación con indicadores distintos, especialmente en España, cuya economía no responde adecuadamente.

Cuando la crisis mundial asomó la cabeza, el gobierno del presidente Leonel Fernández se preocupó por proteger a las familias de menos ingresos. Los programas sociales implementados por su administración, combinados a los factores macroeconómicos de que hemos hablado, lograron un impacto real en esa gente.

Desde su asunción al poder, Leonel Fernández se ocupó por los más pobres al privilegiar el gasto social. En el 2005, por ejemplo, este renglón ascendió a 66 mil 103 millones, un 7.0 por ciento del PIB. El gasto social presupuestado fue, a su vez, un 32 por ciento del gasto total del gobierno central. Si se excluye el pago del servicio de la deuda, la participación del gasto social se elevó a un 46 por ciento del gasto total.

Esos programas han tenido un impacto comprobable, pues el Gabinete de Política Social, a través del Sistema Único de Beneficiarios (Siuben), realizó un levantamiento del mapa de pobreza, alejado de criterios excluyentes, lo que permitió localizar 1.6 millones de hogares en situación de pobreza extrema. Esto ha permitido al gobierno tener un índice de inclusión de 29.5 por ciento sólo en 10 barrios de la capital. De las 108 mil 46 viviendas entrevistadas en 16 sectores de la capital, se completaron 90 mil 920 fichas de personas, para un 84.1 por ciento.

Este mapeo a nivel nacional, identifica las familias que tienen viviendas con servicios básicos, casas independientes, si viven en barracón, alquiladas, terreno propio, servicios sanitarios, agua potable, energía eléctrica o querosén, contador, si pagan energía o utilizan carbón de leña, gas propano, si tienen actas de nacimiento, cédula y otros indicadores que determinan el perfil completo de la familia amparada por los programas.

Los subsidios focalizados han permitido al gobierno proteger a estas personas, de manera que el impacto de la crisis económica resulte mínimo. Comer es Primero, Bonogas, Subsidios a Envejecientes, Incentivo a la Asistencia Escolar y las Unidades de Atención Primaria juegan un rol fundamental en la protección de estos hogares vulnerables. Esto, sin que profundicemos sobre el gran impacto que tiene el hecho de que se incluyeran 850 mil hogares en el Seguro Nacional de Salud (Senasa), lo que es muy significativo debido a que reduce los gastos en esos hogares.

El Senasa trabaja para cerrar el año con 2 millones de afiliados en el régimen subsidiado, lo que ha generado una movilización de todo el equipo gerencial y central en todo el país, con más de 230 promotores de salud que visitan a 251 mil hogares beneficiarios para completar el núcleo familiar.

A pesar del negativismo de quienes fracasaron en el pasado, fruto también de su mezquindad, es de sensatos reconocer que constituye una proeza lo alcanzado en materia económica por República Dominicana y que los pobres hayan sido protegidos. No obstante a esos malos augurios, el país seguirá pa’lante, nunca pa’trá.

– Rafael Núñez

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