
La demanda, presentada ante el Tribunal Supremo del condado de Nueva York, dice que varios ejecutivos de alto rango de empresas de Japón, Corea del Sur y Taiwán, así como sus contrapartes en Estados Unidos, crearon un cártel secreto que acordaba los precios que cobrarían por las pantallas de cristal líquido y que encubrían sus comunicaciones.
La supuesta conspiración en la venta de las pantallas -usualmente utilizadas en televisores de pantalla plana y monitores de computadoras- ocurrió entre 1996 y 2006 e incluyó a empresas como AU Optronics, Hitachi, LG Display Samsung Electronics y Toshiba.
«Nuestra investigación muestra que un cártel ilegal eliminó la competencia en el mercado de pantallas de LCD, tomó sus propias decisiones secretas para elevar los precios y luego tomó medidas para que esos precios más altos se mantuvieran», dijo Cuomo en un comunicado.
