• 26 abril, 2024

La recuperación total del trastorno de personalidad no es fácil

NUEVA YORK (Reuters Health) – Un nuevo estudio reveló que para las personas con trastorno límite de personalidad, es más difícil retener a los amigos y un trabajo que sentir alivio de los síntomas

«Existe la idea de que si los pacientes tienen menos síntomas, naturalmente evolucionan social y vocacionalmente», dijo a Reuters Health la autora principal Mary Zanarini, del McLean Hospital, en Belmont, Massachusetts. «Eso, evidentemente, no es real», añadió.

El trastorno límite de personalidad es una enfermedad mental que afecta al 2 por ciento de los adultos, principalmente mujeres jóvenes.

Causa inestabilidad anímica, de las relaciones, la imagen personal y la conducta. A menudo, los pacientes necesitan una gran cantidad de servicios de salud mental y representan el 20 por ciento de las hospitalizaciones psiquiátricas.

Pero aún quedan dudas. «No contamos con información realmente buena de lo que les sucede a estos pacientes en el tiempo», indicó.

El equipo de Zanarini siguió a 290 personas con el trastorno, originalmente hospitalizados en McLean Hospital, para conocer cómo la enfermedad variaba en una década. Casi todos los pacientes estaban bajo tratamiento, en general alguna forma de psicoterapia y fármacos.

Hoy no existe un tratamiento estandarizado ni evidencias de fármacos que logren la remisión del trastorno límite de la personalidad, explicó a Reuters Health por e-mail el doctor Joel Paris, de McGill University, en Montreal, que no participó en el estudio.

El 93 por ciento de los pacientes tuvo por lo menos un período sin síntomas de 2 años en una década y el 86 por ciento, por lo menos un período de 4 años. Cuando eso sucede, los síntomas rara vez regresan.

Sólo el 50 por ciento de los pacientes se recuperó por completo, es decir que no volvió a tener síntomas durante por lo menos 2 años, más buen rendimiento social y laboral. Un tercio volvió a desarrollar los síntomas o necesitó volver a luchar por la integración social o laboral.

En el American Journal of Psychiatry, el equipo señala que los resultados variarían en las personas que nunca estuvieron hospitalizadas por la enfermedad. «Obviamente, estos pacientes no habrían estado muy graves inicialmente y habrían evolucionado mejor», dijo Zanarini.

Pero aún existe una brecha aparente entre la desaparición de los síntomas y la recuperación de la vida saludable. Los tratamientos disponibles tienden a concentrarse sólo en los síntomas, en lugar de hacer amigos u obtener un trabajo y mantenerlo.

La autora sugiere que se necesitan terapeutas más atentos a esos problemas prácticos, quizás con ayuda de consejeros vocacionales. «Podría ocurrir que, simplemente, la persona no sabe cómo redactar un CV -indicó-. Es probable que muy pocos pacientes estén totalmente incapacitados para trabajar, pero la mayoría sólo perdió el hábito», señaló.

Y Paris coincidió: «Mientras que el trastorno borderline de personalidad mejora con el tiempo, principalmente por la reducción de los síntomas activos, muchos pacientes conservan deficiencias funcionales. Hay que lograr que los pacientes trabajen y encuentren redes sociales».

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