Los padres de niños con autismo también necesitan ayuda
La mayoría de las terapias para el autismo se centran en el niño, pero una nueva investigación sugiere que los padres estresados del niño podrían beneficiarse de los tratamientos diseñados específicamente para ellos.
Las madres de niños autistas que participaron en un programa de habilidades de afrontamiento descubrieron que conectaban mejor con sus hijos y sintieron menos estrés, menos ansiedad y menos depresión, reportaron los investigadores de la Universidad de Vanderbilt, en Nashville.
«Las intervenciones, por unas buenas razones, se han centrado en el niño, pero lo que faltaba era dirigirse directamente al bienestar y la salud de los padres», dijo la autora del estudio, Elisabeth Dykens, profesora de psicología en la Vanderbilt. «Es muy importante que se les proporcionen las herramientas que puedan usar para gestionar el estrés, y que continúen creciendo como padres».
Las madres de los niños con discapacidades del desarrollo como el autismo tienden a sufrir más estrés y a tener una salud más deteriorada, además de problemas psiquiátricos como la depresión. Esto puede perjudicar a su habilidad de cuidar al niño, afirmaron los autores del estudio en la información de respaldo.
Los investigadores de la Vanderbilt crearon dos programas que podrían ayudar potencialmente a las madres de niños con autismo, y reclutaron a 243 madres para que participaran en uno u otro.
Dos tercios de las madres tenían un hijo con autismo, mientras que un tercio tenían un hijo con otro tipo de discapacidad del desarrollo. Al principio, el 85 por ciento de las madres presentaban un nivel de estrés alto, el 48 por ciento estaban clínicamente deprimidas y el 41 por ciento sufrían de ansiedad.
Un programa se centró en la meditación, los ejercicios de respiración y prácticas para la mente y el cuerpo como el yoga, dijo Dykens, directora asociada del Centro Kennedy para la Investigación del Desarrollo Humano de la Vanderbilt.
El otro se centraba en la psicología positiva, en que se enseñó a las madres a centrarse en los aspectos positivos de sus vidas. «Realmente le da la vuelta a la psicología tradicional, porque pensamos en lo que está bien en las personas y hacemos lo que puede potenciar eso», dijo Dykens.
Todas las participantes realizaron un curso de seis semanas con sesiones semanales de una hora y media. Unos estudiantes graduados se ofrecieron a cuidar a los niños de forma gratuita, para que los padres pudieran relajarse y disfrutar en el grupo. Los investigadores dieron seguimiento a su progreso durante hasta 6 meses después.
Los programas se diseñan para enseñar las habilidades que los padres pueden usar a lo largo del día. «Si usted se compromete realmente a practicar estas habilidades, se trata de esa clase de cosas en las que, cuando está parado en un semáforo, podría practicar su respiración abdominal, o podría contar bendiciones o pensar en el perdón mientras dobla las sábanas», comentó.
Los investigadores hallaron que ambos programas llevaron a una reducción significativa del estrés, la depresión y la ansiedad. Las madres también reportaron que el sueño y la satisfacción con la vida habían mejorado.
En particular, el programa de meditación consciente (mindfulness) ayudó a las madres, y obtuvieron unas mejoras mayores que en el programa de psicología positiva, halló el estudio.
Los hallazgos aparecen en línea el 21 de julio y en la edición impresa de agosto de la revista Pediatrics.
Una de las fuerzas del programa financiado por el gobierno federal provino de las personas que dirigieron las clases, dijo Dykens.
El equipo de investigación contrató a madres de niños con autismo para que actuaran de mentores de sus pares, y enseñaron las habilidades de afrontamiento que habían aprendido a las otras madres que estaban en la misma situación.
«Entre los padres hay un cierto entendimiento. Hay una conexión automática, si se quiere», dijo. «Usar un modelo que haga de mentor de sus pares realmente podría ser la manera de trabajar, sobre todo con los pocos profesionales que estarían dispuestos a realizar dicho trabajo».
El Dr. Paul Wang, vicepresidente principal y jefe de investigación médica de Autism Speaks, alabó el uso de otros padres para que impartieran las clases de afrontamiento.
«Los padres naturalmente confían en otras personas que han estado en su misma situación, que saben de dónde vienen y pueden hablar por experiencia propia», dijo Wang. «Sabemos que no hay suficientes profesionales. Puede ser difícil conseguir las citas. De modo que cuando una intervención puede ser realizada por otros padres, eso aumenta su utilidad».
Estos programas específicos todavía no están disponibles ampliamente, ya que fueron elaborados por los investigadores de la Vanderbilt para este estudio, dijo Dykens.
Sin embargo, la Universidad de Vanderbilt se está preparando para hacer que el manual del programa esté disponible en línea para que los padres y los grupos de respaldo lo compren y lo usen, añadió.
Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare