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Miles se reúnen en Bondi Beach para honrar víctimas de ataque antisemita

Sídney.– Miles de personas se congregaron la noche del domingo en la emblemática playa de Bondi, bajo un fuerte despliegue policial, para rendir homenaje a las víctimas del ataque armado ocurrido durante un festival judío, que dejó 15 muertos hace una semana. El atentado, considerado terrorista por las autoridades, ha llevado al Gobierno de Australia a reforzar las medidas de seguridad y a redoblar la lucha contra el antisemitismo.

La vigilia, que reunió a más de 10,000 asistentes, contó con la presencia del primer ministro Anthony Albanese; los exmandatarios John Howard y Scott Morrison; y la gobernadora general Sam Mostyn, representante del rey Carlos III. El acto se desarrolló en medio de un clima de dolor, tensión política y reclamos por mayor firmeza frente al extremismo.

Durante la conmemoración, el presidente de la Junta de Diputados Judíos de Nueva Gales del Sur, David Ossip, afirmó que el ataque debe marcar “el punto más bajo del antisemitismo en Australia”, y llamó a que “la luz comience a vencer a la oscuridad”. Sus palabras generaron reacciones encontradas entre los asistentes, con abucheos dirigidos al primer ministro y aplausos a la líder opositora Sussan Ley.

El atentado ocurrió durante una celebración de Janucá en Bondi Beach y dejó víctimas de entre 10 y 87 años. En honor a la víctima más joven, se interpretó la canción “Waltzing Matilda”. Uno de los momentos más emotivos fue el mensaje enviado desde el hospital por Ahmed al Ahmed, inmigrante sirio reconocido como héroe tras desarmar a uno de los atacantes antes de ser herido de bala.

Como parte de un Día Nacional de Reflexión, personas en todo el país encendieron velas y guardaron un minuto de silencio a la hora exacta del ataque. La Ópera de Sídney y edificios gubernamentales fueron iluminados en señal de solidaridad, mientras que las banderas ondearon a media asta.

Las autoridades informaron que uno de los atacantes, Naveed Akram, de 24 años, fue arrestado y enfrenta múltiples cargos por homicidio y tentativa de asesinato. Su padre, Sajid Akram, murió abatido por la policía en el lugar. Trece personas permanecían hospitalizadas hasta el domingo.

Tras el ataque, el Gobierno federal anunció una revisión de los organismos de seguridad e inteligencia y se comprometió a endurecer las leyes sobre control de armas, luego de que se confirmara que uno de los agresores poseía legalmente seis armas de fuego. El Parlamento de Nueva Gales del Sur debatirá esta semana proyectos sobre discurso de odio y regulación de armas.

El ataque en Bondi Beach es considerado el peor tiroteo masivo en Australia desde 1996 y ha reavivado el debate nacional sobre extremismo, antisemitismo y seguridad pública.

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