
El surfista, mordido en la arteria femoral, se vació de su sangre y ya estaba muerto cuando fue sacado a la orilla por los bomberos.
Se trata del vigésimo ataque de tiburón desde 2011 en esta isla de océano Índico, de los que ocho fueron mortales y más de la mitad afectaron a surfistas o ‘bodyboarders’.
El ataque se produjo en una zona reputada peligrosa, prohibida al baño y a las actividades náuticas.
«La peligrosidad del lugar estaba señalada por carteles de prohibición de baño y actividades náuticas, pero fueron aserrados durante el fin de semana» afirmó Marie-Lise Chane To, adjunta al alcalde de la municipalidad de Saint-André, en la costa este de la isla.
El joven estaba acompañado por unos amigos cuando, en plena sesión de bodyboard, fue alcanzado por el escualo. Sus compañeros salieron de inmediato del agua y avisaron a los bomberos.
El conjunto del litoral de esta isla es considerado peligroso.
