• 18 abril, 2024

Mujeres de la PN: entre el peligro, el servicio y la honestidad

Mujeres de la PN entre el peligro, el servicio y la honestidadMiguel Cruz Tejada

NUEVA YORK,- Una teniente. Una sargento mayor y una cabo.
Tres mujeres de la Policía Nacional dominicana (PN), que se entrenan por primera vez en Nueva York y se muestran impresionadas tanto de los avances que conocieron en los departamentos policiales de la ciudad y de Mount Vernon.
La sargento María Altagracia Mercedes Troncoso, quien lleva 7 años y tres meses en la uniformada y en este momento valora el rol de las mujeres en la PN, el que a su juicio, se ha desarrollado bastante.
Ella es licenciada en contabilidad y hace una maestría en finanzas.
«Estamos aquí, con esta delegación y hay varias mujeres policías, que estamos desarrollándonos cada día más, para que en la República Dominicana sea posible combatir la criminalidad», explica ella.
Se desempeña actualmente como encargada de contabilidad en la subdirección de inteligencia delictiva, donde al mismo tiempo, trabaja en casos, porque está preparada para hacer investigaciones.
Y aunque no labora directamente en las calles, pero recuerda haber estado en patrullas callejeras.
«La mujer policía tiene mucha diversidad de trabajo, anteriormente estaba asignada a una unidad con la DEA en la cual se hacían diferentes tipos de trabajos contra el narcotráfico», agrega la sargento Troncoso.
«Desde que salimos de la casa, estamos en riesgo», precisa. «Siempre hay riesgos, pero estoy dispuesta a enfrentar cualquier situación que se presente, sin temor ninguno, porque desde el momento en que decidimos ser policía, automáticamente hay que dejar el miedo atrás para poder enfrentar la delincuencia», añade.
No se queja del rango y dice estar conforme, aunque «aspiro llegar a generala y hasta más de ahí».
La sargento Troncoso es soltera y no tiene hijos.
En relación a los entrenamientos recibidos en Nueva York con la ayuda de la Organización de Oficiales Internacionales (TOP – 920), señaló que son muy interesantes, porque a pesar de que tenían conocimientos previos, se desarrollan más, «porque todos los días hay algo nuevo que aprender».
Calificó de excelente el trabajo de la TOP, debido a la buena coordinación y el trato increíble que les han dado los oficiales dominicanos radicados en Nueva York.

CABO
Julisa Encarnación es cabo. Es licenciada en comunicación.
Lleva 5 años en la PN y trabaja como recepcionista en el despacho de la jefatura, pero también ha estado en las calles como patrullera.
Como parte de su labor actual, explica que sirve a los ciudadanos que quieren que sea directamente el jefe que los reciba, a los que ella les da las primeras atenciones y determina si el problema puede ser resuelto por el más alto rango de la PN o por algún otro oficial.
Sobre su trabajo en las calles, estuvo patrullando barrios como Los Ríos, Santo Domingo Oeste, República de Colombia con Sol Poniente y hubo momentos en lo que no se sintió en peligro, aunque explica que el uniforme de por sí representa lo que es la imagen de un o una policía.
«Mucha gente cree que donde hay policías, hay seguridad y yo pienso lo mismo», relata la cabo Encarnación.
Sobre la cantidad de mujeres en la PN, dice que debería haber más féminas en las filas y que la Oficina de Equidad de Género de la jefatura trabaja para reclutarlas y aumentar el número de mujeres.
«Cada vez llegan más mujeres para integrarse a la policía», explica aunque no tiene un dato específico, pero cree que un 40% son mujeres.
«Las mujeres reciben el mismo entrenamiento tanto en las clases teóricas como en las prácticas», expone.
Cuando trabajaba en patrullas mixtas en las calles, recuerda que el respeto de los «tigres» de los barrios, era el mismo para ella y sus compañeros hombres.
«Ellos piropean, pero una mantiene la distancia y el respeto se nota», añade Mulisa.
Respecto al entrenamiento en Nueva York, lo califica de muy efectivo. «Cada día, tenemos la oportunidad de recibir nuevos conocimientos y aquí, no ha sido la excepción. Hemos venido a reforzar la capacitación que conseguimos allá, en la República Dominicana», añade.
Se mostró impresionada con los entrenamientos de oficiales de la unidad élite de los SWAT en Mount Vernon.

LA PRIMER TENIENTE
La primer teniente Arca Lidia Castillo Rodríguez, se muestra muy satisfecha con su rango. Estuvo cuatro años en la academia, de donde salió graduada de segundo teniente y cuatro años más tarde, subió una raya, como estipula la ley orgánica de la PN y la Armada Dominicana.
Se desempeña ahora como asistente del director de relaciones internacionales, donde entró después de trabajar en inteligencia delictiva, en anti narcóticos, dirección central de jóvenes en conflicto con la ley (pandillas).
Tiene 11 años en la uniformada.
También enfrentó momentos de peligro, mientras participaba en operativos contra narcotraficantes.
Relata que combatía el microtráfico con sus puntos de drogas, con operativos y en allanamientos con los fiscales. «A veces, teníamos que ir a diferentes barrios por órdenes o denuncias.»
Sintió miedo.
«Realmente sí, porque a nosotros, que somos quienes contrarrestamos el microtráfico de drogas, nos da miedo, porque en muchos operativos se arman tiroteos, nos tiran botellas y piedras, y aunque no sabemos qué tan bien armado está el enemigo, estamos preparados para enfrentarlo», narra la primer teniente.
«Por eso, tengo que decir que tuve miedo, porque el temor es parte del ser humano y son cosas que pasan», añade.
Para ella, a las mujeres se les está dando suficiente oportunidad en la PN en la que hay dos generalas, varias coronelas, las que han hecho un excelente trabajo. «Tenemos mujeres en todos los departamentos, que cumplen un horario al igual que los hombres, cumpliendo su rol de policías y madres, y se han dedicado a hacer el trabajo de mujer en la policía, algo que no se veía antes, pero estamos demostrando que lo podemos hacer.»

SOBORNOS, CORRUPCIÓN Y HONESTIDAD
Ella no ha recibido ofertas de delincuentes ni narcotraficantes y da gracias a Dios por ello.
«No puedo decir que vería eso como una oportunidad, pero hasta ahora no ha ocurrido», agrega.
Al igual que la primer teniente, la sargento mayor y la cabo, tampoco han sido tentadas. Todas coinciden en que la mayoría de policías de ambos sexos, son honestos, aunque admiten que hay manzanas podridas que hay que cortarlas para mantener la profilaxis en las filas.
Y añaden colectivamente que el jefe, «no permite diabluras» y siempre está presto a tomar medidas. «Nadie daña a nadie, eso viene del hogar. Eso no tiene que ver nada con el sueldo, porque cuando se ingresa, se sabe lo que se va a ganar», añade Julisa.
La primer teniente, sostiene que si hay una manzana podrida, hay fijarse que es uno, mientras 999 están haciendo lo correcto.
Es su primera vez en Nueva York y sostiene que los entrenamientos llenaron sus expectativas. «Nos ha servido para ver que estamos trabajando en República Dominicana y en Nueva York, y no hay formas diferentes, son el mismo proceso y el mismo ciclo, para combatir el crimen, por lo que no hay diferencias.»
Troncoso concluyó diciendo que el jefe está haciendo un filtro con quienes entran para dañar a la institución. «Desde que entraron, han sido malos y se han convertido en grandes delincuentes. El jefe está trabajando muy duro para depurar y hacer un filtro total para limpiar».

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