• 19 abril, 2024

Pasante nigeriano que asesinó doctora en hospital de El Bronx se graduó en la República Dominicana

Miguel Cruz Tejada

NUEVA YORK,- El médico pasante nigeriano (África del Sur) que el viernes asesinó a su colega la doctora Tracy Sin Yee Tam, de origen chino y 33 años de edad, se graduó de doctor en medicina en una universidad de la República Dominicana, confirmó a medios locales el médico dominicano David Lazala, especialista en medicina familiar, quien era su director en un programa de entrenamiento para estudiantes practicantes en el hospital Bronx Lebanon, donde el africano ejecutó a la médica oriental e hirió a otras cinco víctimas, usando un rifle Ar-15 de alto poder y que había comprado días antes de la tragedia.

Lazala, describió a Bello como un hombre de aptitud violenta, con lenguaje insultante y poco cooperante y escaso compañerismo con sus colegas en la Unidad de Medicina Familiar para personas con problemas mentales.
Bello, participaba en el programa “Student In An Organized Health Care Education/Training Program” con el número 390200000X y no estaba registrado como doctor en medicina en el Departamento de Salud del Estado de Nueva York, sino como un técnico en enfermería.
Habría estudiando con una beca en la Facultad de Medicina de la Universidad Central del Este (UCE) en San Pedro de Macorís, al Este de la República Dominicana.
El programa estatal acoge estudiantes extranjeros para prácticas en hospitales de Estados Unidos, entre ellos el Bronx Lebanon, escenario del tiroteo y situado en calle 173 y avenida Grand Concourse en El Bronx, en el vecindario Morris Heighs.
Lazala dice que Bello, era problemático como empleado y como parte del programa de entrenamiento, para el que recibió permiso del estado en 2014.
“Era muy agresivo, siempre hablaba en voz alta, amenazando a la gente”, añadió el doctor Lazala.
Explicó que el nigeriano trabaja en el turno de noche y le envió un correo electrónico con amenazas, después de salir del nosocomio en 2015.
Otros colega y compañeros de trabajo de Bello, dijeron que el africano, se peleaba casi todo el mundo y tenía frecuentes problemas.
El asesino suicida, había amenazado con volver para cobrársela, antes de irse del hospital.
Cuando sacó el rifle para comenzar a disparar, según testigos, comenzó a gritar “¿por qué no me ayudaban cuando estaba en problemas?” y apuntó a un médico que supuestamente lo había despreciado hacía más de dos años.
El doctor Roger Green, quien fue uno de los primeros en avistar a Bello armado con el potente rifle, gritó «¡tiene una pistola, está armado!”, mientras huía de los balazos de Bello.
El matador le disparó y falló en la primera ráfaga dejó, pero siguió tirando, recorriendo varios pisos, hasta llegar al 16, donde asesinó a la doctora china e hirió a cinco.
Disparaba en el pecho, la cabeza y el abdomen de cada víctima, y llamó por su nombre a otro médico, que él creía que había impedido su graduación como pasante del hospital a un médico con licencia del estado.
Bello se vio obligado a renunciar como médico de medicina familiar en febrero de 2015, y debido a su propio comportamiento, en el que se portaba confrontando y era imposible trabajar con él, dijeron otros de sus ex compañeros.
En 2003, una mujer lo acusó de agarrarla por la entrepierna y los brazos y arrastrarla.
Bello se declaró culpable de un cargo menor por encarcelamiento ilegal en ese ataque y fue sentenciado a servicio comunitario.
Funcionarios del hospital dijeron el sábado que él no había presentado su récord judicial cuando lo contrataron.
En trabajos anteriores, Bello culpó a todos menos a sí mismo por su mala conducta. Había perdido una posición de técnico de radiología en el Hospital Metropolitano de Nueva York, en 2012 después de haber manejado mal la administración de medicamentos.
“Suministró medicamentos en el piso equivocado y violó los procedimientos de seguridad”, recordó su ex abogado, David Wims.
Dos años después de perder la posición en el hospital Metropolitano, Bello perdió otro trabajo como técnico de farmacia.
Pero también estaba perdiendo su último trabajo, como practicante residente en el Bronx Lebanon, que era lo que más le dolía.
Meses después de salir de allí, envió los correos amenazantes, textos y llamadas a antiguos colegas, dijo una fuente de la investigación.
Tuvo que vivir en un refugio para desamparados en el centro de Manhattan (Midtown), donde vivió por algunos meses este año, y siempre se auto describía como una víctima de venganzas sin sentido de los demás.
Tony Tompkins, de 57 años, quien también vive en el refugio y lo conocía muy bien, dijo que muchas veces, Bello aseguraba que muchas personas estaban equivocadas con él, “porque no podía hacer algo sucio”.

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