Pastor hispano dado por «muerto» en explosiones de edificios en NY «resucita de los escombros»
De Miguel Cruz Tejada
NUEVA YORK,- El reverendo Thomas Pérez, el pastor hispano que oficia en la Iglesia Cristiana Hispana, que estaba situada en la primera planta de uno de los dos edificios que explotaron en el Este de Harlem el miércoles en la mañana, pareció haber «resucitado de los escombros», después que los medios locales lo dieran por «muerto».
Pérez, hablando casi en un susurro ayer jueves, no podía dejar de salir de su estado de shock, al ofrecer la infausta noticia de que al menos cinco feligreses de su congregación, perecieron en el derrumbe.
«Es difícil y muy triste para estas familias, que han perdido a los seres que aman, pero estamos orando por ellos», dijo el reverendo Pérez.
«No tengo palabras para explicar cómo me siento, pero sabemos que todo va a estar en manos de Dios», añadió el pastor.
Al referirse a las víctimas, habló de las mexicanas Rosaura Barrios Vázquez y Rosaura Hernández Barrios, madre e hija que murieron en las explosiones.
La iglesia, relató, fue completamente destruida por el colapso de las estructuras. «Pero, estoy agradecido de Dios, porque sólo cinco feligreses nuestros murieron.»
Narró que Oscar, uno de los jóvenes miembros de la iglesia, resultó herido y otros feligreses podrían estar desaparecidos.
Oscar, de 14 años de edad, está en un hospital y eso es todo lo que sabe el reverendo Pérez.
Calificó las explosiones como parte de la «voluntad de Dios». Añadió que aunque no se entienda, hay que aceptar la «voluntad de Dios».
«Confiemos en que con la ayuda de la comunidad y la bendición de Dios, vamos a reconstruir nuestra iglesia», dijo el pastor.
«Incluso, sin sus cuatro paredes, la iglesia va a sobrevivir», agregó el reverendo.
«Sabemos que Dios trabaja de maneras misteriosas. Sabemos que la iglesia se levantará de nuevo», expresó Pérez.
«La iglesia ha caído, pero su espíritu está vivo, tengamos fe en que Dios nos ayudará a empujarla hacia adelante», señaló el predicador.
Aseguró que el edificio donde funcionaba la iglesia, «estaba en buenas condiciones, antes de las explosiones».
