
La cacareada crítica a los males sociales como la corrupción política y la pobreza, no pueden caer en simples denuncias recurrentes que surgen para la fecha.
Muchos menos olvidar los principios enarbolados por el patricio de la dominicanidad, Juan Pablo Duarte.
No es posible que el actual gobierno siga dándole con los pies a un asunto tan importante como la regularización de extranjeros y fortalecer las medidas migratorias.
El Sol de Santiago plantea volver a los orígenes de valores que sirvieron para hacernos que nos sintiéramos orgullosos de que nos llamen dominicanos.
No esperemos al 27 de febrero para solo recordar esas buenas cosas que impregnaron los que forjaron la independencia. Vamos a trabajar en valores para hacer un mejor país.
