• 5 diciembre, 2025

Preocupación en Nueva Orleans ante la inminente operación federal de control migratorio del Departamento de Seguridad Nacional

Nueva Orleans, Luisiana.— La expectativa sobre el despliegue de agentes del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) en Nueva Orleans esta semana ha generado un clima de incertidumbre y temor entre autoridades locales y comunidades inmigrantes, quienes aseguran haber recibido información limitada sobre los planes federales. Funcionarios locales expresaron que la falta de comunicación ha incrementado la preocupación sobre el impacto de la operación.

El concejal general electo Matthew Willard afirmó que existe “caos y confusión general” ante la llegada de los agentes, destacando que la información recibida por las autoridades locales ha sido escasa y “no tranquilizadora”. Willard señaló que, tras observar las acciones llevadas a cabo en otras ciudades, temen que Nueva Orleans enfrente escenarios similares.

La operación, que comenzaría el 1 de diciembre según fuentes familiarizadas con la planificación, contará con la participación del alto funcionario de la Patrulla Fronteriza, Gregory Bovino, acompañado por unos 250 agentes federales. El DHS, a través de la subsecretaria Tricia McLaughlin, reiteró que no divulgará detalles por motivos de seguridad operativa. La duración de la intervención aún se desconoce.

El presidente Donald Trump había señalado previamente a Nueva Orleans como un posible destino para la ofensiva federal, argumentando supuestos problemas de delincuencia. Louisiana también representa un territorio familiar para Bovino, quien dirigió el sector de la Patrulla Fronteriza en la zona durante el primer mandato de Trump. Sin embargo, autoridades locales cuestionan la lógica de seleccionar una ciudad sin frontera internacional y con índices de criminalidad en descenso.

A pesar de que Nueva Orleans cuenta con una menor proporción de inmigrantes que otras ciudades donde el DHS ha intervenido, la comunidad inmigrante juega un papel fundamental en la economía local, especialmente en los sectores de servicios, construcción y la reconstrucción posterior al huracán Katrina. Defensores de los derechos de los inmigrantes en la región consideran que la presencia federal carece de justificación en términos de política pública y seguridad.

La alcaldesa electa, Helena Moreno, reconoció que el temor entre las comunidades inmigrantes se ha intensificado, incluso afectando la asistencia escolar y la participación en actividades religiosas. Por su parte, líderes locales han compartido guías para orientar a los residentes sobre cómo interactuar con agentes federales de manera segura.

La comunidad inmigrante también ha comenzado a organizarse. Comerciantes informan que muchos trabajadores han dejado de asistir a sus empleos por miedo, mientras organizaciones comunitarias reparten silbatos de alerta, ofrecen talleres sobre derechos legales y preparan colectas de alimentos para quienes temen salir de sus hogares. Activistas señalan que Nueva Orleans tiene una larga tradición de solidaridad frente a adversidades como tormentas, desastres naturales y la pandemia.

En ciudades donde Bovino supervisó operativos anteriores, como Chicago y Charlotte, se registraron cientos y miles de arrestos, respectivamente, además de denuncias por uso de la fuerza, gas lacrimógeno y acciones contra personas sin antecedentes penales. Estas experiencias han elevado el nivel de alerta entre organizaciones locales y autoridades electas en Nueva Orleans.

Todavía no está claro cuál será el próximo destino de las operaciones federales tras su paso por Nueva Orleans. Funcionarios han mencionado ciudades como Nueva York, Chicago y Charlotte como posibles futuras ubicaciones, aunque el presidente descartó por ahora actuar en la ciudad de Nueva York tras reunirse con su alcalde electo.

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