• 16 abril, 2024

Presidente de Haití sostendrá encuentro con Barack Obama

Michel-Martinelly.jpgEl presidente de Estados Unidos, Barack Obama, recibirá este jueves en la Casa Blanca a su homólogo de Haití, Michel Martelly, y analizará la cooperación bilateral con la nación caribeña, la más pobre del hemisferio.

El mandatario haitiano se entrevistó la víspera con el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, quien elogió los avances de Puerto Príncipe en varios indicadores relacionados con el desarrollo económico y la salud.

“Las relaciones entre Haití y Estados Unidos son buenas”, sostuvo Martelly recientemente al anunciar su viaje a Washington para reunirse con Obama.

De acuerdo con cifras oficiales, la administración Obama planea entregar en 2014 a la nación caribeña unos45 millones de dólares en «ayuda humanitaria».

Durante su estancia en Washington, el gobernante haitiano prevé visitar el Congreso, ofrecer un discurso en la Universidad Howard y asistir a una cena patrocinada por el Instituto Smithsonian.

Una historia amarga

Tras el terremoto de Haití de 2010, Estados Unidos se quiso mostrar ante el mundo como «el mejor amigo de Haití». Pero toda la historia demuestra lo contrario.

En 1957, François «Papa Doc» Duvalier llegó al poder en una elección fraudulenta y creó su propio ejército de asesinos – los Tonton Macoutes. El reino del terror duvalierista, apoyado y respaldado por Estados Unidos, asesinó aproximadamente a 50 mil personas.

Cuando murió Papa Doc en 1971, Estados Unidos emplazó acorazados a poca distancia de la costa haitiana para supervisar la transición del poder sin obstáculos al hijo de Duvalier, Jean-Claude («Bebé Doc»).

En los años 1985 y 1986 un levantamiento fuerte sacudió a Haití que obligó a Estados Unidos a rescatar a Bebé Doc y llevarle a la Costa Azul a fin de preservar su control fundamental del país a través del Ejército haitiano. Siguieron una serie de gobiernos militares, que se conoce en Haití como el «duvalierísmo sin Duvalier».

En 1991 Jean-Bertrand Aristide, un sacerdote líder de la Ti Legliz -«Pequeña Iglesia», la expresión del movimiento de la teología de liberación en Haití- y del movimiento contra Duvalier, fue elegido presidente. Aunque Aristide no tenía un plan para romper con el marco de la dominación norteamericana, él no se sometía completamente ni a esa dominación ni a las clases dominantes haitianas pro Estados Unidos, y a menudo estaba en conflicto con esas fuerzas acerca de la política extranjera y doméstica.

El 30 de septiembre de 1991, habiendo ocupado su cargo por solamente nueve meses, la CIA colaboró con las fuerzas militares locales para llevar a cabo un golpe de Estado sangriento y en las olas subsiguientes de represión desató a soldados y Macoutes para que destruyeran las redes de organización populares, especialmente en barrios marginales como la Cité Soleil que eran la base de apoyo para Aristide. Mataron a miles de sus partidarios, hasta 300 mil pasaron a la clandestinidad y 60 mil huyeron de la isla en balsas improvisadas.

Pero todo eso, no sofocó la resistencia ni estableció un «ambiente estable» para Estados Unidos y por eso en 1994 Estados Unidos concertó un acuerdo para restaurar a Aristide a su cargo, devolviéndolo del exilio en un acorazado norteamericano.

El 29 de febrero de 2004, después de muchos meses de preparación política y militar en que Estados Unidos estaba involucrado directamente a través de la CIA y el Instituto Republicano Internacional (IRI), se llevó a cabo un segundo golpe de Estado. El Ejército norteamericano literalmente secuestró a Aristide y a su familia y les mandó por avión a la República Centroafricana, donde les detuvo mientras que se consolidaba un nuevo régimen en Haití.

Desde ese tiempo hasta el terremoto no ha habido ningún desafío serio contra el control económico, político y militar norteamericano de Haití. En el país sigue habiendo señales claras de la destrucción y unas 150 mil personas aún viven en refugios temporales.

teleSUR

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