
Cientos de personas se manifestaron en el centro de Barcelona contra el turismo masivo, utilizando acciones simbólicas. Activistas denuncian el encarecimiento de la vivienda, daños ambientales y el desplazamiento de residentes. Protestas similares se replicaron en otras ciudades españolas como Ibiza y Málaga, en las que exigen más responsabilidad en el sector.