Rusia multa a Facebook y Telegram por no eliminar «contenido prohibido»
MOSCÚ, (VOA), – Las autoridades rusas ordenaron el jueves a Facebook y a la aplicación de mensajería Telegram pagar fuertes multas por no eliminar contenido prohibido, una medida que podría ser parte de los crecientes esfuerzos del gobierno para reforzar el control sobre las redes sociales en medio de la disidencia política.
Un tribunal de Moscú multó a Facebook con 17 millones de rublos (236.000 dólares) y a Telegram con 10 millones de rublos (139.000 dólares). No quedó claro de inmediato qué tipo de contenido no retiraron las plataformas.
Es la segunda vez que se multa a ambas empresas en las últimas semanas. El 25 de mayo, se le ordenó a Facebook pagar 26 millones de rublos (362.000 dólares) por no retirar contenido considerado ilegal por las autoridades rusas. Hace un mes, Telegram recibió la orden de pagar 5 millones de rublos (69.000 dólares) por no retirar mensajes donde se convocaban a protestas.
A principios de este año, el regulador de comunicaciones ruso, Roskomnadzor, disminuyó la velocidad de Twitter y amenazó con vetarlo, también por su presunta falta de eliminación de contenido no autorizado. Las autoridades dijeron que la plataforma no eliminó el contenido que fomentaba el suicidio entre los niños y que contenía información sobre drogas y pornografía infantil.
Las autoridades rusas han criticado a las redes sociales porque se han utilizado para convocar a manifestaciones en toda Rusia este año para exigir la liberación del líder opositor Alexei Navalny, el crítico más conocido del presidente Vladimir Putin. Las movilizaciones han sido un gran desafío para el Kremlin.
Los funcionarios alegan que los mensajes en redes sociales también convocaban a niños a unirse a las protestas. Putin ha instado a la policía a actuar más para monitorear dichas plataformas y rastrear a aquellos que atraen a los niños a “acciones callejeras ilegales y no autorizadas”.
Los esfuerzos de Moscú para reforzar el control de internet y las redes sociales se remontan a 2012, cuando se adoptó una ley que permite a las autoridades incluir en listas negras y bloquear ciertos contenidos en línea. Desde entonces, se han introducido en Rusia varias restricciones a las aplicaciones de mensajería, sitios web y redes sociales.