Sarah Mullally se convierte en la primera mujer arzobispa de Canterbury
Londres,– Sarah Mullally fue nombrada este viernes nueva arzobispa de Canterbury, convirtiéndose en la primera mujer en ocupar el cargo y en la líder espiritual de 85 millones de anglicanos en todo el mundo.
Mullally, de 63 años, había sido Obispa de Londres desde 2018, la tercera posición de mayor rango dentro de la Iglesia de Inglaterra, detrás de los arzobispos de Canterbury y York.
Antes de su ordenación, Mullally trabajó como enfermera en hospitales de Londres, llegando a ser Directora de Enfermería para Inglaterra y directora de experiencia del paciente en el Servicio Nacional de Salud. Su experiencia en salud y liderazgo organizacional fue clave para su ascenso dentro de la iglesia.
El nombramiento de Mullally solo fue posible gracias a reformas impulsadas por su predecesor, Justin Welby, quien permitió la ordenación de mujeres como obispas hace una década. El cargo de arzobispo de Canterbury había estado vacante durante casi un año tras la renuncia de Welby en noviembre de 2024, luego de que se le cuestionara por no denunciar al abusador infantil John Smyth, responsable de ataques a decenas de menores en los años 1970 y 1980.
Un informe independiente concluyó que en 2013 la Iglesia de Inglaterra “sabía, al más alto nivel”, sobre los abusos de Smyth, incluyendo a Welby, quien asumió como arzobispo ese mismo año. Según el historiador Diarmaid MacCulloch, la renuncia de Welby fue histórica y sin precedentes en los 1.427 años de historia del arzobispado de Canterbury, ya que nunca antes un arzobispo había dimitido por acusaciones de negligencia ante abusos sexuales.
El arzobispo de Canterbury es la figura visible de la Iglesia de Inglaterra y un referente espiritual en momentos nacionales clave, incluyendo eventos reales como la coronación del rey Carlos III.
La elección del arzobispo recae en la Comisión de Nominaciones de la Corona, presidida por Jonathan Evans, exdirector del MI5, y compuesta por 17 miembros con derecho a voto. Tras la selección, el primer ministro Keir Starmer aprueba el candidato, y finalmente, el rey Carlos III, Gobernador Supremo de la Iglesia de Inglaterra, nombra formalmente al arzobispo.
Evans destacó en julio que buscaban un líder capaz de brindar dirección espiritual genuina, con autoridad moral, que pudiera hablar sobre los asuntos de la nación, evitando candidatos “todos blancos, de Oxbridge, hombres y del sureste de Inglaterra”. Con el nombramiento de Mullally, la Iglesia da un paso histórico hacia la inclusión y diversidad en sus máximos cargos de liderazgo.

