El tribunal ordenó que el expresidente se presente en los próximos días ante la Fiscalía para hacer efectiva la condena. Aunque puede apelar, el recurso no suspende la ejecución de la pena, por lo que su ingreso en prisión es inminente.
Debido a su edad (Sarkozy tiene más de 70 años), podrá solicitar libertad condicional, aunque esta medida será evaluada más adelante. En una condena anterior, ya había cumplido parte de la pena mediante un brazalete electrónico, entre febrero y mayo de 2025, tras una decisión del Tribunal Supremo en diciembre de 2024.
Una trama secreta para captar fondos libios
La sentencia establece que, en 2005, Sarkozy —entonces ministro del Interior— orquestó una red de captación de fondos junto a sus colaboradores cercanos Claude Guéant y Brice Hortefeux, además del intermediario Ziad Takieddine, quien falleció esta misma semana.
El objetivo de la red era conseguir financiación del régimen libio para impulsar la candidatura de Sarkozy, prometiendo a cambio beneficios diplomáticos y económicos para Gadafi. Entre ellos:
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Favorecer el regreso de Libia al escenario internacional.
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Impulsar el desarrollo del sector nuclear libio.
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Interceder por Abdalláh Senoussi, cuñado de Gadafi, condenado en Francia por el atentado contra un avión en 1989 que dejó 170 muertos, incluidos 54 franceses.
Aunque no se ha podido rastrear la totalidad de los fondos, el tribunal concluyó que hay pruebas suficientes de que la operación se llevó a cabo, y que las contrapartidas ofrecidas al régimen libio fueron reales.
Condenas para sus colaboradores
La justicia francesa también emitió duras sentencias contra varios implicados en el caso:
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Claude Guéant, exjefe de gabinete de Sarkozy en Interior, fue condenado a seis años de prisión. La sentencia lo describe como un “engranaje oculto” en el pacto de corrupción. Por su edad (80 años), no ingresará en prisión.
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Brice Hortefeux, exministro y figura clave en la operación según el tribunal, recibió una condena de dos años de cárcel.
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De los 13 acusados, solo tres fueron absueltos, entre ellos Éric Woerth, extesorero de la campaña presidencial de Sarkozy y actualmente diputado del partido del presidente Emmanuel Macron.
La inmunidad presidencial, clave en el fallo
Aunque el tribunal reconoce la existencia de contrapartidas políticas ofrecidas a Gadafi, Sarkozy no fue condenado por corrupción activa, ya que dichas acciones estarían protegidas por la inmunidad presidencial vigente durante su mandato.
Esto no impidió que el tribunal concluyera que la campaña de 2007 se benefició directamente del dinero libio, lo que compromete seriamente la integridad del proceso electoral que lo llevó al poder.
Un nuevo capítulo en los escándalos de Sarkozy
Esta condena se suma a otras causas judiciales que enfrenta Sarkozy, y alimenta el debate sobre la corrupción en las altas esferas del poder francés. A pesar de su influencia en el ala conservadora, su figura se encuentra cada vez más desgastada por las decisiones judiciales.
