• 16 abril, 2024

“Sexo con masajistas es más seguro que con prostitutas” afirma dominicano asiduo a los spas

“Sexo con masajistas es más seguro que con prostitutas” afirma dominicano asiduo a los spasMiguel Cruz Tejada

NUEVA YORK,-“Las masajistas son más seguras que las prostitutas, aunque de todos modos me protejo usando el condón”, afirmó el dominicano Juan Manuel Ramírez, un trabajador de la construcción de 29 años y quien se define como un “asiduo” visitante a los spas de Los Angeles (California), donde radica desde hace varios años.

“Voy dos veces a la semana a spas y centros de masajes que están en el área de Hollywood”, relató el dominicano, añadiendo que las mujeres que trabajan allí, le cobran $30 dólares por masajes, pero ese precio puede subir hasta $80, cuando hay relaciones sexuales.

Ramírez, rehusó dar la cara debido a que ejercer, promover y proponerles a las mujeres que se prostituyan es un delito en los Estados Unidos.

“Ellas hacen todo lo que uno quiera, yo les doy de propina entre $5 y $10 dólares, dependiendo del servicio que me hagan”, sostiene el dominicano.

El paquete, añade, incluye “servicios” sexuales de todo tipo y Ramírez se ufana de que se ha acostado con mujeres de una amplia variedad, entre estas compatriotas suyas, mexicanas, asiáticas, caribeñas y centroamericanas.

El dominicano que reside en el Este de Los Angeles y es soltero, se vanagloria también de que le gusta ir a los masajes eróticos, “porque allí, es más seguro estar con una masajista que con una prostituta de las calles”.

“Esos lugares son muy limpios. Hay privacidad, uno lleva el condón, pero ellas también lo tienen por si acaso”, agrega Ramírez.

“Puedo escogerlas de muchas razas, porque variedad para uno no aburrirse”, dijo.

Se enteró de las mujeres que hacen el oficio más antiguo del mundo, a través de una revista de anuncios clasificados que encontró en una licorería.

Autoridades de Los Angeles dicen que en los últimos esos negocios han proliferado en la ciudad y que desde el 2012, se han abierto 17 nuevos centros de masajes y spas.

“Hay uno casi en cada esquina”, señaló Ramírez.

Y una gran parte de esos negocios, se dedican a los “masajes con final feliz”, es decir con sexo.

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