Sólo eran cuatro.-
Hoy, 12 de enero, conmemoramos el 53 aniversario de un acontecimiento histórico que estremeció la conciencia de un sector pensante de la sociedad, y llenó de rabia los corazones de la juventud revolucionaria de la agitada década ’70.
Uno de los episodios históricos de mayor relevancia y trascendencia, en términos de dignidad, abnegación y heroísmo, escenificado en nuestro país el pasado siglo. Cuatro jóvenes revolucionarios demostraron cómo se puede ser coherente y leal a los principios y, asumir con supremo grado de sacrificio el compromiso con la amada Patria y con su futuro. Fueron cuatro jóvenes que escribieron una de las más hermosas y extraordinarias páginas de heroísmo de toda la historia dominicana. Cuatro jóvenes que eran la dignidad, la valentía, el arrojo y la abnegación misma de hueso y carne.
En enero de 1972, el país estaba padeciendo un ambiente de terror estatal en todo el perímetro nacional, perpetrado por un gobierno despótico ilustrado y su banda paramilitar, que tenía como objetivo primordial cercenar toda manifestación que implicara la defensa de los Derechos Humanos y los reclamos de libertad y justicia social.
El siniestro y tristemente recordado gobierno de los 12 años presidido por Joaquín Balaguer, abarrotó las cárceles de presos políticos y llenó el país de sangre y muertos; muchos dominicanos partieron al exilio involuntario para proteger sus vidas, ya que eran perseguidos sólo por manifestar criterios diferentes y cuestionar al oprobioso régimen de terror. Truncó el futuro y la vida de muchos jóvenes y, con ello, a toda una generación de cerebros grises e inteligentes, imponiendo el terror de Estado como su carta de presentación en los barrios y comunidades del territorio nacional.
En enero de 1972, el kilómetro 14 de la autopista Las Américas, Sto. Dgo , entra al escenario histórico en nuestro país, pues en su perímetro estuvo enclavada una vivienda donde estuvieron ocultos: Amaury Germán Aristy, Virgilio Perdomo Pérez, Ulises Cerón Polanco y Bienvenido Leal Prandy (a) La Chuta, Los Palmeros y/o Comando de la Resistencia. Estando allí son ubicados por los servicios de inteligencia del régimen, el día anterior. Antes de que la aurora se vislumbrara en el firmamento el 12 de enero, son asediados de manera furibunda por tropas regulares; en esos enfrentamientos caen La Chuta y Cerón Polanco; entonces toman la decisión de abandonar la vivienda y, en medio del fuego cruzado rompen el cerco policiaco-militar para internarse en lo más recóndito de una caverna prehistórica que estaba a pocos metros de distancia.
Para enfrentar a estos cuatro jóvenes revolucionarios e indómitos, que desafiaron a toda una soldadesca de, aproximadamente, unos 5,000 criminales autómatas asalariados, en un combate desigual, que se abalanzaban como feroces hienas contra jóvenes nobles y patriotas, henchidos de principios, portadores de la reciedumbre y bravura de nuestros mártires y heroínas independentistas y restauradores, cuyo único pecado era el de amar a su patria, a su pueblo; continuadores de la gesta de abril de 1965.
Los Palmeros cayeron, ante un ejército bien armado, con una troglodita infantería, pero tuvieron que solicitar la presencia de la gendarmería imperial que con su tecnología pudieron ubicar a los dos que resistían en la cueva.
El ejemplo de Amaury Germán Aristy y sus compañeros tiene hoy, 53 años después, más vigencia que nunca, cuando nuestra sociedad camina por un sendero donde se ha perdido el sentido del patriotismo y de la entrega desinteresada a las causas justas de nuestro pueblo. Hoy, cuando todos piensan primero en lo que van a obtener y en sus intereses particulares para actuar en política. Hoy cuando vemos a una juventud inmersa en la hookah y los teteos, viviendo el día a día sin importarle el futuro de nuestro país, la acción y el ejemplo de Amaury y sus compañeros se colocan como un intenso faro de luz en el firmamento de nuestras conciencias, para llevarnos a entender que debemos entregarnos en cuerpo y alma para lograr que en la República Dominicana se instale un sistema justo, donde se respeten las principales normas de convivencia humana y, donde las grandes mayorías disfruten de condiciones de vida digna y decente; óptimas.
Todavía estamos a tiempo de hacer realidad el sueño de Los Palmeros. Todavía estamos a tiempo de reivindicarlos, para que puedan descansar en paz.
Digamósles a nuestros hijos y a nuestros nietos quiénes fueron Los Palmeros; por qué lucharon y cómo murieron.
Ese tiene que ser nuestro compromiso y nuestro deber; pues la historia nos ha enseñado que ha sido la juventud la que ha protagonizado las grandes epopeyas, para lograr transformaciones políticas y sociales. Los Palmeros no llegaban a los 30 años de edad.
En este 53 aniversario del heroísmo, la abnegación y la dignidad, recordemos a los cuatro jóvenes revolucionarios que ofrendaron sus vidas en busca de un objetivo colectivo; recordemos hoy a:
Los Palmeros
Hijos de la Patria.-
Jimmy García