Sonajero
Mi país es solidario
Cuando el río se revuelve, los más vivos pescan. Eso es precisamente lo que han hecho ciertos eruditos, enemigos de la patria dentro y fuera del país, en periodiquitos internacionales y tribunas que difunden miradas diversas de la realidad. Esos criticones aspiran atención a base de racismo, antihaitianismo y amarga ojeriza en contra de Dominicana.
La verdad no le paro bola al cuestionamiento internacional, de si hemos sido o no solidarios con Haití. Y me río de quienes temen un golpe migratorio a suelo nacional. Yo atestigu¨é un hecho que comprueba todo lo contrario: mientras algunos sugirieron sellar la frontera para que la mirada dolorosa del Haití golpeado no se asomara en masa al país, cientos de haitianos buscaban fórmulas para trasladarse a Puerto Príncipe, para saber de su gente, para tocar las fibras del infortunio que volvió polvo el patrimonio haitiano. A las universidades dominicanas que apoyaron a sus estudiantes haitianos, estableciendo logística y soporte para llegar a su capital, hay que sacarle aparte la comidita del reconocimiento. UASD y PUCMM en primera fila.
Al ocurrir el remenión que enlutó un país castigado por siglos con pobreza y olvido, herencia de naciones que hurtaron su fortuna y legaron dictadores sangrientos, la solidaridad dominicana se infló.
Mi país, el de cafecito caliente, la Quisqueya de férrea voluntad, el pedacito de tierra que amo y donde me han amado, socorrió temprano y se mantiene auxiliando por diversas vías la nación hermana, tan negrita como la nuestra.
Sí, muchas cosas pudieran mejorar, pero en vez de hablar, prefiero concentrarme en la solidaridad y celebrar el entierro del mito del antihaitianismo que nos castiga con guante sesgado e indolente.
República Dominicana demostró y confirma que es una nación solidaria, que lo ha sido con Haití y lo será siempre. La gente común, pero no corriente, ha donado y colabora de verdad, no la compasión escrita remitida por “una baisa” de instituciones, figuras y partidos políticos como ensayo de desatinadas relaciones públicas. Mi país es un país solidario. Hemos ejercitado la fraternidad y el compañerismo con “lo jierro” del amor.