Sonajero
Virtud que existe
El Rubio me interceptó cuando bajé la escalera. Al abrazarme también me mostró las manos marcadas por las espinas de las rosas que vende en las intersecciones de la ciudad. “Cada vez que me las veo es una señal de que no estoy haciendo lo mal hecho”, me dijo en aquel rebú de foetes y cascabeles. En el tamaño y la vida del Rubio me doy cuenta de que estoy envejeciendo. Le conocí cuando apenas era un niño y conversábamos sobre lo que aprendía en Acción Callejera y sobre El Gago, el hombre que los limpiabotas señalaban como su agresor sexual en el solar baldío frente a la oficina de Listín en Santiago.
Hoy mi amiguito es un joven casi graduado de técnico en refrigeración en Infotep, que sigue vendiendo flores para culminar y luego ejercer su carrera. En los ojos de El Rubio descubrí bondad y amistad. No me olvida a pesar del tiempo y el breve descuido a su puesto de flores.
Lina es una vecina que ama los animales. No importa si es ajeno, propio o realengo, ave o animal no pasa hambre si ella anda cerca. El otro día una gallina cruzó patio extraño y parió allí nueve pollitos. Ella, sin acceso al terreno, se las ingenió para lanzar comida a la “madre” y a sus jubilosos críos. Igual sucede con Polo, un gato sin dueño visible que gracias a ella se mantiene rollizo y feliz en el vecindario.
En las redes sociales, la “Morena”, Altagracia Salazar, decidió regalar un confesionario breve y relevante. “Con los años confirmamos que solo el cariño es importante. Que la vida es un ejercicio de dar y darse sin medidas. Que la felicidad se encuentra en lo cotidiano. Tengo pocas cosas de las que arrepentirme, nunca he aspirado a riqueza alguna así que la vida se me hace menos dura. No he llegado pero estoy cerca. Trabajo desde ya en el relevo convencida de que los que vienen siempre son mejores y construirán un mejor país para todas y todos”, escribió dejándome pensativa.
Hoy cuando la fiscal del Distrito Nacional asegura que en el 90% de casos criminales hay involucrados policías y militares, para no morirnos de un infarto o ahogados en desaliento, apelo a la bondad y a las virtudes humanas que aún existen para compensar los desánimos que abaten el corazón dominicano.
Ya lo reza Desiderata: “Sé cauto en tus negocios, porque el mundo está lleno de engaños… más no dejes que esto te vuelva ciego para la virtud que existe. Hay muchas personas que se esfuerzan por alcanzar nobles ideales, la vida está llena de heroísmo”, no lo dudemos.