Sonajero
Vientos de ambición
Hoy más que nunca se nota el verdadero color de los gatos, el refajo en los curules del Congreso, el circo que continúa siendo nuestra manera de hacer política. La Constitución, aquel pedazo de papel como profiriera Joaquín Balaguer, el líder reformista santiguado como Padre de la Democracia por el PLD, vuelve a reciclarse a favor de la reelección presidencial.
Mientras otras naciones sacuden sus columnas y destapan sus carcomas con la intención de impulsar cambios, aquí seguimos trotando en el círculo vicioso de la negociación política para repetir caras, para detentar poder, para amasar fortunas. Las piezas que mueve el Estado tienen siempre un trasfondo político, nada es de gratis ni porque sí.
La reelección es un hecho. De ambos bandos alguna gente con cierta vergüenza renunció de posiciones en sus respectivos partidos. Y se ha visto senadores del PLD, ultra antagonistas en el discurso releccionista, compartiendo asiento y acatando jubilosos la línea de sus líderes. De gratis usted puede jurar que no ha sido. Al final solo se sabe que el acuerdo firmado por las partes moradas tuvo 15 puntos. Y seguiremos ignorando el alcance de las cifras que lastimosamente pagamos los contribuyentes.