Washington,– El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, confirmó este jueves la firma de un acuerdo arancelario con China, concretado el miércoles, y adelantó que su administración espera cerrar próximamente un acuerdo comercial con India.
“Firmamos [el acuerdo] con China ayer. Lo acabamos de firmar”, declaró Trump durante un acto en la Casa Blanca enfocado en defender su propuesta fiscal y presupuestaria, actualmente en discusión en el Senado.
Aunque no ofreció detalles adicionales, Trump había señalado semanas atrás que el acuerdo con China incluiría un arancel del 55 % a productos chinos y una tasa del 10 % impuesta por Pekín a bienes estadounidenses, tras una ronda de negociaciones celebrada en Londres.
Sin cobertura oficial ni convocatoria a medios, la firma del acuerdo no había sido divulgada previamente por fuentes oficiales.
El mandatario también anticipó avances con India, calificando ese posible pacto como “muy grande”, aunque sin precisar fechas ni condiciones. Hasta la fecha, solo los acuerdos con China y Reino Unido han sido confirmados.
“Aranceles recíprocos” y presión negociadora
La Casa Blanca reiteró que no considera “crítico” el plazo del 9 de julio, fijado por Trump como fecha límite para cerrar acuerdos antes de aplicar nuevos gravámenes, conocidos como “aranceles recíprocos”.
Desde su regreso al poder en enero, Trump ha reactivado su política de presión arancelaria, estableciendo tarifas globales que pone en pausa mientras negocia condiciones más favorables con países socios.
“No vamos a hacer tratos con todos. Les enviaremos una carta con un gracias y un pagas el 25, el 35, el 45 %”, afirmó el presidente, subrayando que algunas naciones enfrentarán aranceles si no acceden a firmar nuevos acuerdos.
Trump destacó que su enfoque ha generado beneficios más allá del ingreso fiscal:
“Más importante que los miles de millones de dólares en aranceles es que tenemos cientos de plantas en construcción en todo Estados Unidos que nunca habrían estado aquí”.
La estrategia arancelaria de Trump, marcada por su eslogan de “Estados Unidos primero”, busca repotenciar la industria nacional y renegociar las relaciones comerciales con las principales potencias del mundo.
