Londres, Reino Unido – El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y la primera dama, Melania Trump, llegaron al Reino Unido en la noche del martes y este miércoles pasaron el día en el Castillo de Windsor, en lo que fue su segunda visita de Estado al país.
La ceremonia incluyó honores militares, la interpretación de los himnos nacionales de ambos países y una revista a la guardia de honor por parte de Trump y el monarca. La agenda concluyó con un sobrevuelo de los Red Arrows, el equipo acrobático de la Real Fuerza Aérea, luego de que se cancelara por mal tiempo un desfile aéreo conjunto de aviones F-35 de Estados Unidos y Reino Unido.
Protestas en Londres durante la visita
Mientras Trump participaba en las ceremonias en Windsor, cientos de manifestantes se congregaron en el centro de Londres para protestar contra su visita. Con pancartas que decían “deshazte de Trump” y “detén a Trump”, los asistentes también levantaron letreros más duros como “no al régimen fascista de Trump” y “la cosa más desagradable en Londres desde la peste”.
Algunos manifestantes se disfrazaron de líderes internacionales como Vladimir Putin, Benjamin Netanyahu y el influencer Andrew Tate, portando carteles que decían “criminales de guerra por Trump” o “misóginos por Trump”. Otros recordaron la relación pasada del expresidente con Jeffrey Epstein, con imágenes proyectadas en edificios y pancartas alusivas.
También se hicieron presentes mensajes relacionados con la guerra en Gaza. En uno de los carteles se leía: “Este hijo de un sobreviviente del Holocausto dice: detengan el genocidio en Gaza”, en referencia a una investigación de Naciones Unidas que concluyó que Israel estaría cometiendo genocidio, acusación rechazada por el Gobierno israelí.
Una visita con impacto político en Reino Unido
Las autoridades británicas mantuvieron a Trump alejado de las protestas. A diferencia de otras visitas de Estado, que suelen celebrarse en Londres y con el Palacio de Buckingham como escenario, gran parte de la agenda se concentró en Windsor, a unos 40 kilómetros de la capital.
Según Jasmine El-Gamal, exasesora del Pentágono, esta visita podría representar una oportunidad para que el primer ministro británico, Keir Starmer, mejore su imagen tras semanas complicadas. “Él no intenta amonestarlo. Intenta hacerlo sentir importante y poderoso, que es lo que al presidente Trump le gusta sentir”, declaró a CNN.
El-Gamal añadió que la relación positiva entre Starmer y Trump podría traducirse en una victoria política para el Reino Unido, al destacar que se prevé que los acuerdos bilaterales en sectores como la inteligencia artificial, la tecnología y el comercio generen miles de empleos. “Esto es algo que el primer ministro Starmer puede exhibir y decir: ‘Yo hice esto por el país, creé estos empleos y atraje este dinero’”, afirmó.
Sin embargo, advirtió que la popularidad de Trump entre sectores de derecha y ultraderecha podría complicar el panorama político de Starmer en un contexto marcado por el debate migratorio. El tema ya movilizó a más de 100.000 manifestantes en Londres el fin de semana pasado, lo que podría incrementar las tensiones en los próximos días.
