Una mujer irlandesa sobrevive milagrosamente a embestidas de tres trenes
Miguel Cruz Tejada
NUEVA YORK,- Una mujer irlandesa, residente en Nueva York, logró sobrevivir milagrosamente a las embestidas de tres trenes, en una estación subterránea de Manhattan, cuando estuvo a punto de ser destrozada por cualquiera de las pesada máquinas de acero y hierro, que pasaron por encima de su cuerpo, provocándole sólo heridas leves.
La sobreviviente, fue identificada por las autoridades como Mary Downey, de 32 años de edad y residente en El Bronx.
Downey, quien vive en el vecindario de Woodlawn, evitó ser aplastada por los trenes, después de caer accidentalmente en los rieles, en la estación de Times Square, estirándose rápidamente entre los canales de las vías, para evadir una horrible muerte.
«Simplemente, no era su hora», dijo un oficial no identificado de la policía, que ayudó a rescatarla junto a paramédicos y rescatistas de los bomberos.
«Estamos asombrados», añadió el oficial.
Ella fue rozada por un borracho que se tambaleaba, a la espera de un tren, a las 6:00 de la mañana, en la estación de la calle 49, cerca de la Séptima Avenida.
La irlandesa, estaba esperando en el andén la llegada del tren, se precipitó accidentalmente y cayó en las vías, rompiéndose el hombro, mientras un tren de la línea N, se acercaba a toda velocidad.
Incapaz de levantarse por sí misma, pudo posicionarse entre los rieles y logró moverse en el estrecho espacio, que divide los rieles de la plataforma.
«Ella tuvo la suerte de poder moverse hasta la plataforma, poco antes de que el tren N, aplastara su cuerpo», explicó Mike Meyers, jefe del grupo de bomberos que la rescataron.
Después que el primer tren pasó sobre ella, Downey, siguió estática en las vías, sin poder moverse otra vez y sin que el operador de un segundo tren, la viera.
El conductor del tercer tren, vio lo que le pareció era un «bulto» en las vías que creyó basura, pero era la mano de la mujer, pidiendo auxilio.
Detuvo el tren se detuvo a tiempo.
Los paramédicos, consiguieron a la mujer debajo del tren y fue transportada al hospital Bellevue en Manhattan, cubierta de hollín, donde fue tratada por la lesión.
La irlandesa, agradecida de Dios, por salvarle la vida salió del hospital con un brazo en cabestrillo y llorando, tomó un taxi junto a familiares y regresó a su casa de El Bronx.
