
Los agentes policiales utilizando la fuerza y la violencia arrebataron sombrillas y forzaron a los manifestantes a que cerraran las mismas.
Por el uso de una fuerza indiscriminada algunos profesores, miembros de la iglesia y de organizaciones sociales, fueron intimidados y golpeados hasta el punto de sufrir pequeñas heridas.
Además, los agentes arrebataron y retuvieron cámaras de fotografias y video que habían grabado los hechos.
