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Río de Janeiro.– Las autoridades brasileñas ofrecieron este miércoles nuevos detalles sobre la operación policial más mortal en la historia de Río de Janeiro, que dejó 132 personas muertas, entre ellas cuatro agentes, tras intensos enfrentamientos en los complejos de favelas de Penha y Alemão.
Una operación planificada durante 60 días
El secretario de la Policía Militar, Marcelo Menezes, explicó al diario O Globo que el operativo fue planificado durante dos meses y ejecutado mediante una táctica conocida como el “Muro del BOPE”, una maniobra del Batallón de Operaciones Especiales que buscó empujar a los grupos criminales hacia una zona boscosa, lejos de las viviendas.
“Desplegamos tropas del BOPE en la parte más alta de la Sierra de la Misericordia, creando un muro de contención que obligó a los delincuentes a replegarse a la zona elevada mediante otras incursiones. Nuestro principal objetivo era proteger a la gente de bien de la comunidad”, declaró Menezes.
El funcionario agregó que la acción se basó en análisis de inteligencia y evaluación de escenarios. “Quienes decidieron entregarse fueron arrestados”, aseguró.
Más de 100 sospechosos abatidos y 113 detenidos
Según el balance oficial, la operación dejó 115 sospechosos abatidos, 113 detenidos y 118 armas incautadas, incluyendo fusiles de asalto, pistolas y explosivos.
El secretario de la Policía Civil, Felipe Curi, señaló que la intervención representó “el mayor golpe en la historia del Comando Vermelho desde su fundación en la década de 1970”, al referirse a la poderosa organización criminal que domina gran parte del narcotráfico en Río de Janeiro.
“Fue una gran pérdida de armas, drogas y liderazgo”, afirmó Curi.
Autoridades defienden la acción pese a la alta letalidad
Por su parte, el secretario de Seguridad Pública, Victor Santos, sostuvo que el traslado del enfrentamiento hacia la zona boscosa fue una decisión “para preservar vidas inocentes”. No obstante, reconoció que la alta letalidad era previsible, aunque no deseada, y aclaró que no se utilizó apoyo aéreo para “no exponer a los agentes en el área forestal”.
Santos insistió en que “los 115 fallecidos eran criminales” y que solo cuatro civiles resultaron heridos sin gravedad.
Familiares denuncian abandono en la recuperación de cuerpos
Mientras tanto, familiares de las víctimas se adentraron por su cuenta en las áreas boscosas para recuperar los cuerpos tras los tiroteos, denunciando falta de asistencia de las autoridades.
Consultado al respecto, Santos afirmó que los agentes “no sabían de la existencia de esos cadáveres” y que en esas condiciones “era imposible realizar otra acción que no fuera preservar la propia vida”.
El operativo más mortífero de Río de Janeiro
El saldo de 132 muertos convierte esta acción en la operación policial más letal registrada en Río de Janeiro, una ciudad donde los enfrentamientos entre fuerzas del orden y bandas criminales son frecuentes.
La magnitud del operativo ha generado un intenso debate en Brasil sobre el uso de la fuerza, la eficacia de las tácticas militares en zonas urbanas y el impacto humanitario en las comunidades de las favelas.