• 25 abril, 2024

Catedrático dominicano de CUNY califica de «vergonzosa» participación del gobierno en audiencia de la CIDH

De Miguel Cruz Tejada

Anthony Stevens AcevedoNUEVA YORK,- El subdirector del Centro de Estudios Dominicanos de la Universidad de Nueva York (CUNY) y destacado activista por  los derechos de los haitianos, Anthony Stevens Acevedo, calificó de «vergonzosa» para la República Dominicana la audiencia celebrada en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de la OEA en Washington y dijo que en la misma, los enviados del gobierno, demostraron que el estado no está interesado en resolver el problema de miles de inmigrantes haitianos afectados con la sentencia 168-13 del Tribunal Constitucional (TC) que los despoja de la nacionalidad dominicana.

«La presentación y comentarios de la delegación dominicana, osciló entre vergonzante y desalentadora, dejando la impresión de que al actual gobierno de la República Dominicana, el gobierno de los supuestos discípulos de Juan Bosch, no tiene ninguna preocupación seria por resolver dignamente el limbo existente en el que tiene sumidos a miles de dominicanos descendientes de inmigrantes haitianos», puntualiza el profesor universitario e investigador.

Stevens, miembro activo de los grupos «We Are All Dominican» y «Dominicanos x Derecho», dijo que la misión que acudió a la vista desde Nueva York, quedó decepcionada, al ver como ante las preocupaciones y temores expresados por los representantes de las organizaciones defensoras de los derechos humanos en la República Dominicana, y ante sus denuncias de la manera cerrada y sin juicio que el TC emitió la sentencia, las respuestas de la representación del gobierno peledeísta, «fueron totalmente evasivas y desinformadas, refiriendo prácticamente todas las preguntas a diferentes agencias del gobierno y que serían contestadas posteriormente.

Indicó el catedrático, que ningún funcionario del gobierno fue capaz de responder adecuadamente una sola de las preguntas de la comisión de la OEA y justificaron con que primero, se debe consultar a la Junta Central Electoral.

«Particularmente irónico fue el momento en que ante unas preguntas de los miembros de la Comisión Interamericana, la respuesta de la portavoz de la delegación del gobierno dominicano fue que, para responderla, habría que consultar a nada menos que la Junta Central Electoral, a la que se adelantó a describir como “institución autónoma,” al parecer insinuando que sobre sus decisiones el Poder Ejecutivo peledeísta nada tiene que hacer para defender la igualdad de derechos en la nación dominicana, y justo dos días después de que el presidente de la misma junta recomendó abiertamente al gobierno dominicano que no se molestara siquiera en acudir a la audiencia de la Comisión Interamericana por considerarla prejuiciada de antemano contra el gobierno dominicano en este asunto», añade el profesor Stevens.

Dijo que «ante esta participación de la delegación estatal dominicana quedaron claras varias expresiones de parte de los miembros de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en cuanto a su percepción del inmovilismo político en el que se ha mantenido el gobierno del PLD frente a todo el asunto de la desnacionalización y en cuanto a la perpetuación de la situación de efectiva violación de derechos humanos derivada de ese inmovilismo, así como la observación de que al actuar de esta manera, el estado del PLD desoye las recomendaciones de la comisión y se mantiene incumpliendo estándares jurídicos ya proclamados por la Corte Interamericana para todos sus países miembros», precisa la declaración.

«Para quienes acudimos desde Nueva York a escuchar si el gobierno del Partido de la Liberación Dominicana tenía ya algo nuevo que decirle al pueblo dominicano y a la comunidad internacional respecto a su indecisión y vacilación  ante el mayor dilema cívico confrontado por la sociedad dominicana del post trujillato, la respuesta del gobierno del PLD a todas luces ha sido más de lo mismo y obcecación absoluta ante unos reclamos internos y mundiales que parecen rebasar su propia capacidad para sostener y alimentar la democracia dominicana en concordancia con el mundo moderno del que dicen ese gobierno y el mismo PLD  querer ser partícipes y miembros respetables y razonables», expone Stevens.

Concluyó diciendo que «para los ultraderechistas dominicanos, tal vez ese fue otro momento de gloria donde demostraron su sentido de autosuficiencia política.  Para los que creemos en una dominicanidad igualitaria para todos, fue una oportunidad perdida y un cierre de puertas que nos reta a seguir buscando respuestas y acciones más creativas para oponernos a lo que consideramos una injusticia absolutamente flagrante e injustificada».

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