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China responde con moderación a la muerte del Papa en medio de tensiones con el Vaticano

Mientras el mundo rinde homenaje al Papa Francisco, la respuesta de China ha sido cautelosa. Beijing, que mantiene una relación complicada con el Vaticano y no reconoce oficialmente al Papa, evitó hacer declaraciones inmediatas tras su fallecimiento, reflejando las delicadas tensiones entre el Estado comunista y la Santa Sede.

China, con más de seis millones de católicos, ha tenido históricas fricciones con el Vaticano desde que cortó relaciones diplomáticas en 1951. A pesar de un controvertido acuerdo firmado en 2018 bajo el liderazgo del Papa Francisco —el primero en permitir cierta influencia del Vaticano en el nombramiento de obispos chinos— los detalles siguen siendo confidenciales, y muchos católicos clandestinos temen un abandono.

El Vaticano, que aún reconoce a Taiwán en lugar de a China, se enfrenta a una presión diplomática creciente. Tras el fallecimiento del pontífice, Taiwán expresó públicamente sus condolencias y anunció que enviará un delegado al funeral.

Aunque el Papa Francisco trabajó para mejorar los lazos con Beijing, incluso enviando mensajes de paz al presidente Xi Jinping y mostrando interés en visitar China, su muerte marca un punto de inflexión en una relación marcada por la censura, la diplomacia religiosa y el control estatal sobre las creencias.

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