
Francisco hizo una petición especial al final de su audiencia semanal, señalando que el 24 de mayo era un día de celebración en China dedicado a la Virgen María.
El papa elogió a los católicos de China, “que entre sus dificultades y esfuerzos diarios siguen creyendo, confiando y amando”. Les instó a ser testigos de la caridad y la fraternidad “siempre unidos en la comunión de la Iglesia universal”.
Los aproximadamente 12 millones de católicos chinos están divididos entre los adscritos a la Iglesia oficial y los que siguen una Iglesia clandestina leal al papa. El acuerdo de 2018 aspira a unificarlos y que todos los obispos estén en comunión con el Vaticano.
