• 24 abril, 2024

Cultura viva

Por Lincoln López

“SOCIEDARTE”

Resulta alentador desde el punto de vista gerencial e importante desde la perspectiva teatral el hecho de que una pequeña o micro empresa editora llamada “Sociedarte”, con razón social en esta ciudad de Santiago de los Caballeros, publique anualmente por lo menos un texto cultural, porque  evidencia el compromiso de sus propietarios con el verdadero desarrollo de un país y porque su solidaridad no es un sobrante o limosna de sus beneficios sino que dan de los activos que duelen “y cuando duele dar todavía más”, como lo dijo la Madre Teresa.

El libro que se presenta en este año se llama: “DRAMATURGIA LATINOAMERICANA. TEATRO DOMINICANO”. Y como su nombre lo indica es una selección muy equilibrada de textos teatrales creados por teatristas. Esto es muy importante porque la obra de teatro no se escribe para ser leída sino para ser representada por actores y  actrices sobre un escenario. En nuestro país ha ocurrido en muchas ocasiones, todo lo contrario, especialmente en los llamados “concursos de teatro” en donde se premia la obra “en teoría” no en “la práctica” o en escena, y por lo tanto dan cabida a todo el que escriba, que no siempre es dramaturgo ni mucho menos teatrista.

En el caso dominicano, si tomamos la lista de cincuenta años de premiaciones en los concursos oficiales y anuales de teatro, el resultado es el siguiente: sólo han sido representadas aquellas obras que fueron escritas por teatristas, mientras la gran mayoría están olvidadas del público lector y espectador.

Lo penoso del caso que esa mala práctica la lleva a cabo por más de 20 años instituciones vanguardistas como es el caso de “Casa de Teatro” en Santo Domingo.

Esa fue la regla de oro de los griegos (Sófocles), de los ingleses (Shakespeare) y españoles (Lope de Vega) en sus respectivas épocas clásicas: que el texto teatral llegó al público, por voz y cuerpo de los actores interpretando desde un escenario. Más cercano es el caso del argentino Osvaldo Dragún, excelente escritor y dramaturgo, siempre estuvo alrededor de un grupo teatral. Uno de ellos: el de Buenos Ayres (así con “y”).

En la presente edición de “Dramaturgia Latinoamericana. Teatro Dominicano”, el responsable de la selección lo es José Adolfo Pichardo  que incluye a seis importantes dramaturgos dominicanos: los clásicos Franklin Domínguez e Iván García Guerra, William Mejía de San José de Ocoa con una notable labor en el sur del país, el vegano Carlos Burgos Acosta, la actriz y dramaturga Elizabeth Ovalle, ambos curtidos en la profesión con varias obras en su haber y galardonadas, y un texto del propio José Adolfo Pichardo, director y dramaturgo santiaguero.

En el mismo orden son los títulos: JUEGO DE AJEDREZ, TRILOGIA DEL PERENNE SACRIFICIO, BATALLANDO, EQUINOCCIO, POR HORA Y A PIECE WORK, e INOCENCIA. Todas estructuradas en un acto, con pocos personajes y debidamente ambientadas para ser escenificadas.

Que se abra el telón para cada una de ellas. El público como siempre, tendrá la última palabra.

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