• 19 abril, 2024

Cura degollado, un «hombre bueno» de 86 años que no quería jubilarse

Jacques HamelParís, (ANDINA),-El cura francés Jacques Hamel, de 86 años, que fue degollado el martes por dos yihadistas en el altar de su iglesia, era un hombre bondadoso, que quería trabajar hasta el final de sus días.

 «Era un hombre bueno», opinan todos los que conocieron a este cura de la iglesia Saint-Etienne-du-Rouvray, una pequeña localidad del noroeste de Francia.
Nacido en 1930 en Darnétal, una pequeña localidad cerca de Rouen (noroeste), el padre Hamel celebró en 2008 su jubileo de oro por sus 50 años de sacerdocio y se negaba a jubilarse.
Este hombre pequeño, de rostro delgado y ojos penetrantes, era cura auxiliar de la iglesia Saint-Etienne-du-Rouvray. Su dinamismo y su trabajo en apoyo al padre congoleño Auguste Moanda Phati, el cura de la parroquia, era más que bienvenida en un país que sufre, como muchos otros, de un problema de escasez de sacerdotes.
En su parroquia, participaba sobre todo en el diálogo interreligioso. El mes pasado, escribió un mensaje en la publicación de la parroquia en la que evocó los conflictos mundiales.
«En estos momentos, debemos escuchar la invitación de Dios y cuidar nuestro mundo, hacer de este lugar en el que vivimos un mundo más caluroso, más humano, más fraternal», había escrito.
Danielle, una monja presente en la iglesia en el momento del ataque, dijo que el padre Hamel, vestido con un hábito blanco, «intentó defenderse» cuando los yihadistas pasaron al acto y lo acuchillaron en el cuello y en el tórax.

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