Después de acribillar a un loco anti esclavista en Queens cuatro policías de NY posaron sonrientes
Miguel Cruz Tejada
NUEVA YORK,- ¿Sadismo o celebración por el trofeo?
El hecho es que después de ultimar a balazos a un desquiciado afroamericano que pregonaba su odio y obsesión contra los esclavistas blancos de siglos pasados, y según la policía, agredió con un hacha a cuatro oficiales, quienes lo acribillaron en la acera, poco después de la muerte del agresor, los agentes posaron para el fotógrafo Dominick Williams, sonriendo a mandíbulas batientes.
Cuando el profesional de la fotografía, llegó a la escena, les dijo a los policías a lo que se dedica y les preguntó que si podía tomarles algunas imágenes.
La respuesta inmediatamente positiva y los cuatro novatos, se «cuadraron», asumieron poses sonrientes y se dejaron retratar.
Dos de los agentes, Kenneth Healey de 25 años y Joseph Meeker, fueron heridos en la cabeza y un brazo. Sus otros compañeros, enre los que estaba un hispano, dispararon 19 balazos contra el perturbado mental.
El agresor, también hirió a un transeúnte en la espalda, argumentó el Departamento de Policía, antes de ser liquidado.
El fotógrafo, quien dice que fue presa de los nervios por la violenta escena, recuperó la compostura y pudo documentar el hecho en sus imágenes.
Relató que todo sucedió muy rápido, «pero estaba ansioso por hacer las fotos, porque ya sabía de lo que se trataba y lo que significaban las imágenes».
El muerto Zale Thompson, fue abatido a balazos por los policías en Jamaica (Queens), cuando supuestamente se abalanzó, hacha en mano con un mango color azul, contra los cuatro uniformados que patrullaban el área.
Familiares y allegados de la víctima, dijeron que estaba «loco» y tenía la obsesión de ser un yihadista, que pretendía comenzar una «guerra santa», contra los esclavistas blancos de siglos pasados.
Tres de los policías atacados por Thompson, son blancos y uno es hispano de piel clara.
El padre del «loco», Ralph Thompson, un veterano de la marina de Estados Unidos, dijo que no se imaginaba que la actitud de su hijo llegaría a ser tan grave.
Se le calificaba como un radical que llevaba el odio contra los blancos en la sangre. «En su juventud, fue miembro de la organización Black Panters» (Panteras Negras) y se había convertido al Islam, en los últimos años.
Pero el padre aclaró que su hijo era ajeno a cualquier grupo terrorista y no asistía a ninguna mezquita. «Quería llevar su misión en solitario», agregó el progenitor.
Y era desconocido por los investigadores como una amenaza potencial de terrorismo, por lo que nunca fue investigado ni figuraba en ninguna lista como sospechoso terrorista.
La policía dijo que en los últimos años, Thompson, se estaba convirtiendo en un defensor ardiente de la propaganda islámica.
