Washington D.C.,-– Estados Unidos atraviesa el cierre de Gobierno más prolongado de su historia, con 36 días de paralización, mientras el presidente Donald Trump y los demócratas del Congreso mantienen una confrontación política sin precedentes. Millones de ciudadanos se ven afectados por la falta de acceso a alimentos, seguros médicos y servicios públicos esenciales.
Un cierre sin precedentes y sin salida a la vista
El cierre gubernamental, motivado por un desacuerdo sobre la financiación de la atención médica y los subsidios de la Ley de Cuidado de Salud Asequible (Obamacare), ha dejado a la nación sumida en la incertidumbre. Aunque varios grupos de legisladores buscan un acuerdo, no hay señales de una solución inmediata.
Trump ha insistido en eliminar la regla del obstruccionismo parlamentario (filibuster) en el Senado para aprobar un proyecto de financiación temporal, propuesta rechazada por los demócratas, que temen una deriva autoritaria y un desequilibrio de poder.
“¡Acaben ya con la obstrucción parlamentaria y aprueben todas las maravillosas políticas republicanas con las que hemos soñado!”, escribió el mandatario en su red Truth Social.
El impacto humano: millones sin ayuda alimentaria ni cobertura médica
Mientras la élite política libra una batalla de poder, los más vulnerables padecen las consecuencias. Beneficiarios del programa SNAP (cupones de alimentos) no han recibido asistencia desde noviembre, y miles de empleados federales suspendidos acuden a bancos de alimentos para alimentar a sus familias.
Asimismo, los costos del seguro médico se han disparado, afectando a millones de personas que dependen de los subsidios del Obamacare. Los aeropuertos del país también reportan largas filas y retrasos por la falta de personal de control aéreo.
“Nos están utilizando como peones”, denunció Annemarie King, beneficiaria del programa SNAP, en declaraciones a CNN.
Los demócratas resisten la presión de Trump
Tras perder el control del Congreso, los demócratas han decidido hacer frente a la ofensiva de Trump. El partido ha centrado su estrategia en denunciar el alto costo de vida y el aumento del precio de los seguros médicos, responsabilizando al Gobierno republicano.
“El pueblo estadounidense lo sabe: Donald Trump y los republicanos no han logrado que su vida sea más asequible”, afirmó Hakeem Jeffries, líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes.
Encuestas recientes revelan que el 52 % de los estadounidenses culpa a Trump y a los republicanos por la crisis, mientras que un 42 % responsabiliza a los demócratas.
Divisiones internas y riesgo electoral para ambos bandos
A pesar del desgaste político, Trump mantiene el apoyo de su base más fiel. Sin embargo, analistas advierten que los votantes independientes comienzan a alejarse del Partido Republicano, lo que podría afectar sus resultados en las elecciones de mitad de mandato de 2026.
En el Senado, los republicanos moderados intentan convencer a sus colegas demócratas para romper el bloqueo y aprobar una ley temporal que reabra el Gobierno. Pero la desconfianza mutua sigue siendo el mayor obstáculo.
Un país dividido y millones de vidas en vilo
Los expertos coinciden en que este cierre refleja la disfunción política más grave en décadas. Mientras el Congreso continúa dividido, millones de estadounidenses sufren la falta de ingresos, alimentos y atención médica.
“Sea quien sea el culpable de esta pesadilla en Washington, el pueblo estadounidense está pagando el precio”, concluyen observadores políticos.
