• 19 abril, 2024

El Papa Francisco oficia misa en la Plaza de la Revolución de La Habana

papa en cubaCientos de miles de cubanos llegaron este domingo a la Plaza de la Revolución de La Habana, donde el papa Francisco oficia su primera misa en la isla.

Creyentes y no creyentes recibieron al pontífice entre vivas y banderas cubanas, vaticanas y argentinas, a su llegada en el papamóvil.

El papa se detuvo a saludar y besar a niños que le presentaron en el camino y a bendecir a varios incapacitados en sus sillas de rueda.

El servicio matinal abre una jornada ajetreada para el pontífice, que incluye un encuentro formal con el presidente Raúl Castro, quien aunque no es católico asiste a la misa, y podría verse con su hermano Fidel, de 89 años.

Otro mandatario presente en la plaza es la presidenta de Argentina, Cristina Fernández, quien también se encuentra en visita oficial a la isla.

Francisco terminará el día con una visita a la catedral de San Cristóbal y con un encuentro con jóvenes cubanos.

Se espera que el mensaje papal de este domingo sea más pastoral y menos político que los discursos del sábado, cuando el papa se refirió al acercamiento diplomático entre La Habana y Washington, y lo puso como “un ejemplo de reconciliación para todo el mundo”.

Francisco dijo que llega a Cuba como un mensajero de la misericordia, con el objetivo de solidarizarse con un pueblo y una iglesia que han sufrido mucho.

El gobierno comunista de la isla nunca llegó a prohibir la religión durante su largo período revolucionario, pero cerró escuelas religiosas, expulsó a sacerdotes y envió a otros a la cárcel o a campos de trabajos forzosos, incluyendo al actual arzobispo de La Habana, el cardenal Jaime Ortega.

Castro empezó a aliviar el control religioso en la década de 1990, retirando el ateísmo contemplado en la Constitución antes de la visita del papa Juan Pablo II y reinstaurando la Navidad como feriado poco después.

Hoy en día, la iglesia católica se ha establecido silenciosamente como la única institución prácticamente independiente con una influencia generalizada en la isla. Presente en zonas en su día completamente dominadas por el estado, la iglesia proporciona alimentos, educación, formación empresarial e incluso bibliotecas con éxitos extranjeros a la población.

En la Plaza de la Revolución otro gran signo de cambio ha sido un enorme poster gigante de Jesucristo que dice «Ven y sígueme».

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