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La CIA da duro golpe a la cúpula talibán

R- Gracias a una operación conjunta de fuerzas de  EE UU y Pakistán, Abdul Ghani Baradar, fue capturado en Karachi.

La detención en Karachi del número dos de los talibán, Abdul Ghani Baradar, en una operación conjunta de la CIA y los servicios secretos paquistaníes (ISI) podría significar «el principio de una gran amistad» entre Washington e Islamabad, tras un largo período de tensas relaciones. La determinación  mostrada por las autoridades paquistaníes de acabar con la cúpula militar talibán refleja que las demandas de EE UU no han caído en saco roto. Pakistán es consciente de que si quiere recuperar su papel mediador en el conflicto de Afganistán debe demostrarlo con hechos porque, de lo contrario, India le arrebatará el puesto. 

La exitosa campaña de inteligencia, que culminó el pasado jueves con la captura del ayudante clave del prófugo mulá Omar, busca debilitar, al menos temporalmente,  a la insurgencia talibán. No obstante, en opinión de analistas, la detención del mulá Baradar podría tener un impacto no esperado. «Los talibán están acostumbrados a reponerse. No creo que esto afecte directamente a sus operaciones contra las tropas extranjeras en Afganistán», admitió Imtiaz Gul a LA RAZÓN. 

De momento, el que fuera viceministro de Defensa del gobierno talibán se encuentra bajo custodia de las autoridades de Islamabad y está siendo interrogado por agentes de inteligencia estadounidenses y paquistaníes, según reveló ayer el ministro del Interior Rehman Malik. Se esperaba que el comandante talibán capturado aportase datos claves sobre el paradero del máximo líder del movimiento talibán, por lo que la Casa Blanca pidió cautela a la prensa estadounidense a la hora de revelar la información. Pero debido a la rivalidad informativa, el diario «The New York Times» quiso tomar la delantera y publicó ayer la noticia. «Los rumores de la detención comenzaron a extenderse por la región y la redacción central en Washington decidió romper el silencio»,  indicó a este periódico un reportero local del rotativo.

Los talibanes afganos negaron ayer que el mulá Baradar haya sido capturado en Pakistán y  aseguraron que aún está en Afganistán organizando activamente las actividades militares y políticas del grupo. «Él no ha sido capturado. Quieren esparcir ese rumor para desviar la atención de la gente de sus derrotas en Marjah y confundir al público», dijo el portavoz Zabihullah Mujahid en declaraciones a varios medios. Sin embargo, según el colaborador de «The New York  Times», ellos ya conocían la información desde el jueves, después de recibir un email del portavoz de la Presidencia de EE UU en el que se detallaba la operación conjunta de la CIA y el ISI en Karachi.

La ofensiva Mushtarak (juntos) en la provincia sureña de Helmand comenzó el viernes pasado y el dirigente talibán fue detenido la víspera.

El «comandante de los fieles»
Nacido en el distrito de Dehrawood, provincia de Uruzgan, en Afganistán, Abdul Ghani Baradar, de 42 años, es el segundo en la jerarquía talibán tras el prófugo líder el mulá Omar, conocido como el «comandante de los fieles».  Mulá Baradar, uno de los cuatro fundadores de la «Shura (consejo) Talibán» en 1991, tuvo una estrecha relación con el líder de Al Qaeda, Osama Bin Laden.  Como la mayoría de dirigentes talibanes emigró a Quetta, en la provincia paquistaní de Baluchistán, desde donde se organizó la insurgencia en Afganistán con el objetivo de expulsar a las tropas extranjeras y derrocar al presidente afgano Hamid Karzai.

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