Miriam Cruz revive su historia en el Gran Teatro del Cibao: una noche de música, memoria y emoción

Por Kilvin Toribio
Santiago de los Caballeros. – La noche del sábado, a las 8:46 pm. la sala Restauración del Gran Teatro del Cibao quedó envuelta en penumbra, dando paso a un silencio reverente. Fue entonces cuando la voz inconfundible de Miriam Cruz emergió desde una pantalla gigante, narrando con sinceridad y pasión la historia de su vida y trayectoria artística. Así comenzó La Historia de una Diva, un espectáculo íntimo y biográfico en el que la emblemática cantante dominicana tejió, a través de imágenes y melodías, un relato cargado de memoria, lucha y triunfo, en perfecta sintonía con un público que ha sido testigo y cómplice de su evolución musical durante décadas.
Luego de esta emotiva introducción, Miriam Cruz apareció en escena acompañada por su orquesta para abrir la velada con el merengue “¿Qué será lo que tiene el negro?”. Entre aplausos y vítores, se dirigió al público con palabras llenas de gratitud: “¡Buenas noches, Santiago! Que Dios te bendiga. Gracias, Dios mío, por permitirme vivir este momento. Gracias, Santiago, porque por cuarta vez tengo el privilegio de tener una casa llena. Gracias por ese amor. Esta noche vamos a pasear un poquito por todos los momentos importantes de mi vida, de los cuales ustedes han sido parte. Esto está basado en el docufilm que muy pronto estará en los cines. Besos, Santiago. ¡Felicidad para todos ustedes, muchas gracias!”
El recorrido musical continuó con clásicos inolvidables como “Estúpido”, “Las pequeñas cosas” y “Con agua sal”. Con complicidad y cercanía, Miriam bromeó con el público: “Dime con lo que se te ocurra, dime si te está gustando”. Luego interpretó “La guayaba podrida” y “Por malo”, demostrando que su voz y presencia escénica conservan intacta su fuerza y vigencia.
Un nuevo video proyectado marcó un giro en la narrativa, con Miriam relatando el momento crucial en que decidió formar un grupo femenino. “Me fui sin mensaje, simplemente para aprender el camino. Dos días después, todas las chicas me llamaron: ‘Miriam queremos trabajar contigo. Donde tú vayas, vamos contigo’. Apostamos por lo que habíamos construido juntas. Así nació Miriam y las chicas. Entendí que lo que llevábamos al escenario era más que música: era conexión, entrega y humanidad. Apostamos por algo nuevo, con nuestra propia voz.”
El escenario se llenó entonces de historia viva con la aparición de algunas de las mujeres que acompañaron a Miriam en sus inicios. Al ritmo de “Ta pillao”, “Besos callejeros”, “Waka Waka”, “El negro no puede”, “Cómo me hago yo” y “Sukaina”, la emoción fue palpable. Miriam desafió al público: “Vamos a ver si se saben esta…” y arrancó con “Juana la Cubana”, desatando una ovación.
El ensamble femenino, un símbolo de hermandad y talento, estuvo compuesto por Topacio Burgos (piano), Felicia García (trombón), Romina Rojas (bajo), María Acosta y Xiomara Quelix (trompetas), Rachel Cuevas (trombón), Mery Feria (güira), Vilma Frías (conga) y Sunny Beras (tambora). Miriam, visiblemente emocionada, agradeció: “Gracias, mujeres, por estar para mí internacionalmente. Hasta el sábado. Gracias del alma, gracias del alma, gracias del alma…” y pidió un aplauso para Heydi Bello, Verónica Medina y Eunice Betances.
La noche tuvo su momento sorpresa con un emotivo homenaje a Engel Landolfi, esposo y representante de Miriam, reconocido por las integrantes originales por su entrega y apoyo constante. “Gracias por creer en nosotras. Para ti, corazón. Nosotras ya estamos bien agradecidas”, expresaron al entregarle una placa de reconocimiento.
El tributo continuó con un discurso colectivo dirigido a Miriam, descrita como una mujer empoderada, valiente, madre, esposa, hermana y amiga ejemplar. “Honor a quien honor merece”, proclamaron entre abrazos y ovaciones.
La celebración prosiguió con “La media María” y “Fuego”, preludio de un nuevo video-testimonio donde Miriam confesó su conexión profunda con el merengue: “Se me mueve. Es el motor que enciende todo lo que hago. No soy solo una cantante: soy una mujer que cayó, se levantó y aprendió a caminar con paso propio. El merengue me escogió para que lo llevara sobre mis caderas por todo el mundo. Por medio de él, comencé a cantar canciones que hablaban por mí. Algunas con dolor, otras con rabia, muchas con fuerza.”
Con esa energía, Miriam interpretó “La carnada”, “Te propongo”, “Qué ganas de no verte nunca más” y “Esa loca”, en un ambiente de emoción y participación activa del público.
Un representante de Todo Ticket subió al escenario para entregar a Miriam el Golden Ticket, un reconocimiento por agotar las entradas en cuatro funciones consecutivas en el Gran Teatro del Cibao. “Gracias, Santiago. Ustedes tienen la mejor posición esta noche. Son la magia de este show. ¡Gracias por tanto amor!”, expresó la artista emocionada.
La producción anunció que La Historia de una Diva se presentará próximamente en el Anfiteatro de Puerto Plata, frente al mar, un nuevo capítulo que despertó gran expectativa.
Como cierre, el público disfrutó del teaser oficial del docufilm “Miriam Cruz: La Historia de una Diva”, cuyo estreno en cines está previsto en los próximos meses. Finalmente, sonaron “La loba” y “Es cosa de él”, para dar paso a un momento íntimo y familiar.
Miriam invitó a subir al escenario a sus seres queridos y colaboradores: Jean-Carlo Beras, Wilfri Díaz, Engel Landolfi, los bailarines José Mota y el director musical Antonio González, a quienes agradeció profundamente por su apoyo y entrega.
“¡Un aplauso para mis hijos! ¡Para mis chicas! ¡Para todos!”, exclamó emocionada. “Gracias, Santiago. Sencillamente… ¡lo logramos!”
El público respondió de pie, con una ovación que selló una noche memorable, donde Miriam Cruz no solo revivió su historia, sino que también escribió una nueva página en la historia del merengue y del espectáculo dominicano.