• 19 abril, 2024

Obama presenta plan para acabar con déficit 1,6 billones

LA- Es la hora de ahorrar. Esta es la filosofía que ayer transmitió el presidente Barack Obama al presentar su proyecto presupuestario para el 2011, que arranca en octubre. El plan que enviará al Congreso prevé desembolsos de 3,8 billones de dólares, en los que se prima la creación de puestos de trabajo –una partida extraordinaria de 100.000 millones– y se acaba con las ventajas fiscales para las rentas más elevadas que estableció George W.

Su objetivo primordial, sin embargo, se centra en la consecución de una reducción del déficit para que se sitúe en 1,3 billones, mientras que este 2010 cerrará con la cifra récord de 1.6 billones. Esta cantidad supone un 10,6% del producto interior bruto de Estados Unidos, el mayor desde la Segunda Guerra Mundial. «No podemos continuar gastando –sostuvo– como si el déficit no importara, como si el dinero de los impuestos de los americanos fuera como el del Monopoly».

El presidente criticó la herencia de más de un billón de dólares en déficit, y criticó el fallo en la contención del gasto, sobre todo por los dos frentes militares abiertos (Iraq y Afganistán) y por la falta de previsión al afrontar el colapso económico de septiembre del 2008. Esta circunstancia ha obligado a su Administración a invertir todavía más en el rescate. «Esto es lo que hemos de cambiar, pero no se consigue de la noche a la mañana», advirtió.

Este diseño presupuestario supone un cambio de tercio en la Casa Blanca, que hasta ahora había destacado la necesidad de superar la crisis con medidas de estímulo y dejar el déficit como una cuestión secundaria. El proyecto fija la congelación por tres años del 17% de las partidas públicas. Algunas, subrayó Obama, muy apreciadas por él, como las destinadas a frenar el calentamiento global o potenciar la energía limpia. «Han sido –remarcó– opciones dolorosas, pero nuestra situación fiscal es inaceptable».

A pesar de la llamada para apretarse el cinturón y de las promesas electorales, hubo analistas que incidieron en el hecho de que el gasto militar será casi idéntico al que tuvo el último año del mandato de Bush. Los 160.000 millones del ejercicio 2010-2011 no reflejan en absoluto el cambio de inquilino en la Casa Blanca.

Donde sí pone un empeño especial su política presupuestaria es en la educación, con un crecimiento del seis por ciento –»no hay mejor plan contra la pobreza que una educación de calidad», señaló– y en el terreno laboral. El desempleo es la mayor preocupación de los ciudadanos desde hace meses. Algunos expertos remarcaron que la mejor manera de reducir el déficit pasa «por poner a trabajar a los estadounidenses». Así, además de partidas extraordinarias de 100.000 millones para crear puestos de trabajo, se destinará cerca de 30.000 millones del fondo de estabilidad financiera a incentivos fiscales para los empresarios que firmen nuevos contratos.

Todo, siempre y cuando el Congreso dé el visto bueno a estas cifras. Obama y su equipo tratan de coger las riendas políticas después de perder por sorpresa en Massachusetts el escaño que había pertenecido a Edward Kennedy. El presidente lanzó una llamada explícita a los republicanos para que se sientan partícipes en la recuperación económica. «Pido a los republicanos y a los demócratas que colaboremos para ver qué funciona y qué no».

El presidente sentenció: «No estamos simplemente fotocopiando el presupuesto del año pasado». En un atisbo de la oposición, Paul D. Ryan, representante conservador de Wisconsin, replicó que el plan «no es nada más que más de lo mismo».

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