Porrentruy, Suiza.– Una decisión tomada por el Concejo Municipal de Porrentruy y el Sindicato Intercomunal del Distrito de Porrentruy (SIDP) ha generado controversia tanto en el ámbito local como internacional. Las autoridades suizas han anunciado que, hasta el 31 de agosto, la piscina municipal del pueblo solo permitirá el ingreso a ciudadanos suizos y a personas con permiso de residencia o trabajo vigente en el país.
Según el comunicado del SIDP, más de veinte personas fueron retiradas y vetadas de la piscina desde el inicio de la temporada estival, debido a “comportamientos incívicos, irrespetuosos y contrarios al reglamento del lugar”. Esto llevó al municipio y al sindicato a “reaccionar de manera colegiada” para proteger a los usuarios habituales del recinto.
Aunque la norma no menciona nacionalidades específicas, los medios locales y la Radio Televisión Suiza (RTS) señalan que los más afectados son ciudadanos franceses, que representan hasta el 95 % de los bañistas habituales de la piscina, debido a la cercanía de Porrentruy con la frontera francesa.
Esta no es la primera vez que el municipio implementa restricciones para controlar el uso de sus instalaciones públicas. Anteriormente, ya se había establecido un aforo máximo y tarifas diferenciadas entre residentes y visitantes foráneos, aunque nunca se había llegado al punto de un veto total por razones de nacionalidad o estatus migratorio.
La medida ha generado un intenso debate sobre discriminación, integración y convivencia en espacios públicos dentro de un país reconocido por su neutralidad y discreción. Por ahora, las autoridades mantienen su postura, aunque recalcan que la medida es estrictamente temporal y sujeta a evaluación en función del comportamiento general durante el verano.
