El caso salió a la luz en julio de 2024, cuando el esposo de la acusada, Frank Yates, sorprendió a la mujer mientras agredía al adolescente en su habitación. Tras este hecho, la pareja se separó, y la víctima relató que la agresión ocurrió mientras sus dos hermanos pequeños dormían en otra habitación.
Durante la intervención del padre, la mujer intentó culpar al menor, pero el adolescente negó los señalamientos y confirmó la agresión. Posteriormente, en octubre de 2024, Frank Yates presentó una denuncia anónima ante la policía.
Como parte de un acuerdo con la fiscalía, Von Yates aceptó la culpabilidad y recibió una pena de dos años de prisión, además de dos años bajo control comunitario y diez años de libertad condicional, junto con el pago de multas y gastos judiciales.
Las autoridades señalaron que la sentencia busca garantizar la protección del menor y enviar un mensaje sobre la tolerancia cero hacia los abusos sexuales dentro del núcleo familiar.