El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, confirmó que sostuvo una breve conversación con su homólogo venezolano, Nicolás Maduro, aunque evitó ofrecer detalles sobre el intercambio. El mandatario aseguró que no se trató de una simple “campaña de presión”, pero afirmó haberle dicho “un par de cosas” al líder venezolano.
Trump volvió a lanzar acusaciones contra las autoridades venezolanas, alegando que el país habría enviado a EE.UU. personas con historial delictivo, aunque no presentó pruebas que respalden estas afirmaciones.
Por su parte, Maduro reiteró su disposición al diálogo “cara a cara” con Washington, siempre que se respete la soberanía y la independencia de Venezuela. Señaló que su gobierno está dispuesto a conversar con cualquier representante estadounidense, siempre bajo principios de respeto mutuo.
Escenario de tensión entre ambos países
En el marco de ese cruce de declaraciones, Venezuela denuncia que EE.UU. mantiene una estrategia de presión militar y política:
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Despliegue militar: Desde agosto pasado, EE.UU. mantiene una fuerza destacada frente a las costas venezolanas bajo el argumento de operaciones antidrogas.
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Operativos letales: Bombardeos contra embarcaciones sospechosas han dejado más de 80 muertos, sin confirmación oficial de vínculos con el narcotráfico.
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Acusaciones y recompensas: Washington ha incrementado la recompensa por la captura de Maduro, a quien acusa de liderar una red de narcotráfico.
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Postura venezolana: Caracas sostiene que estas acciones buscan un “cambio de régimen” para controlar sus recursos energéticos.
Contexto internacional
Organismos y gobiernos como Rusia, México, Brasil, Colombia y el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos han expresado preocupación o rechazo ante las acciones estadounidenses. Además, datos de la ONU y la DEA indican que la ruta principal del narcotráfico hacia EE.UU. no pasa por Venezuela, sino por el Pacífico.
