Uno de tres adolescentes en Orlando está vacunado contra Meningitis
ORLANDO, – Las organizaciones hispanas Latino Leadership y Trabajando Juntos, en conjunto a la Asociación Nacional de Enfermeras Escolares de Florida y el Departamento de Salud del Condado de Orange se han unido a la campaña Voces de la Meningitis para exhortar a los padres a que vacunen a sus hijos preadolescentes y adolescentes en Orlando contra la enfermedad meningocócica, una infección bacteriana poco frecuente pero grave que puede acabar con la vida de un niño o adolescente en solo un día.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades y otras organizaciones médicas líderes recomiendan la vacunación para los preadolescentes y adolescentes de 11 a 18 años de edad, y para los estudiantes de primer año de universidad que viven en residencias estudiantiles. Sin embargo, a pesar de estas recomendaciones de salud pública, sólo uno de tres adolescentes de 13 a 17 años de edad ha sido inmunizado en Orlando lo que está muy por debajo del objetivo de los CDC de una tasa de vacunación del 90 por ciento en 2010.
«Las enfermeras escolares estamos en la primera línea de defensa con los alumnos todos los días, y nuestra misión es protegerlos y mantenerlos sanos», afirmó Carolyn Seifert, enfermera de la Asociación Nacional de Enfermeras Escolares. «Las enfermeras escolares de Orlando se han unido a Voces de la Meningitis para contribuir a concientizar y alentar a los padres a que hablen con la enfermera escolar de sus hijos u otro profesional de la salud sobre la vacunación antimeningocócica antes del regreso a clases».
Muchos líderes de nuestra comunidad local, entre ellos Marytza Sanz de Latino Leadership y Eva Pagan-Hill de Trabajando Juntos se han asociado a la campaña Voces de la Meningitis de Orlando para reafirmar que la vacunación es la mejor protección disponible contra la enfermedad.
Aproximadamente el 10 por ciento de los 1,000 a 2,600 estadounidenses que contraen la enfermedad meningocócica cada año mueren. Los índices de mortalidad entre los adolescentes y adultos jóvenes son hasta cinco veces mayores que los de otros grupos de edad. De los que sobreviven, uno de cada cinco queda con graves problemas médicos, como amputación de miembros, daño cerebral, sordera y daños en los órganos.